14 jun 2010

Sentencia.





-Algo de lo que me pasa, no tiene remedio, nunca va a cambiar.

- Es toda una sentencia. ¿Puedo saber qué es...?

-Una parte de mí, siempre estará esperando algo que nunca va a llegar.

-Comprendo... ¿Y la otra?

-La otra, más estable, lo tiene claro y se conforma

-¿Qué tiene claro?

-Piensa que conformarse es el modo de que la insatisfacción no produzca efectos secundarios en el alma.

-Pero... cuando dices que esa disparidad nunca va a cambiar, no sé si sólo lo constatas o también te lamentas por ello.

-No, lamentarme no sirve de nada, por eso me conformo.

-¿Qué es conformarse en realidad?¿Resignarse a no entenderlo y sufrir por ello, o comprender cabalmente que no está en nuestra mano y aceptarlo con alegría como parte del juego de vivir?

-Supongo que las dos cosas al mismo tiempo, aunque comprenderlo me cuesta mucho a veces y por ello termino sufriendo.

-¿Te resignas entonces?

-¿Qué otra cosa puedo hacer?

-Averiguarte.

-¿Averiguarme?

-Sí. Ahondar en ti misma y hallar las contradicciones que resultan de sostener una cosa y la contraria, y que te llevan a actuar a veces de forma errática.

-¿Yo hago eso? No soy consciente...

-A todos nos pasa cuando pensamos una cosa y hacemos la contraria. El actuar se debate entre lo que razono y lo que siento.

-Es que yo a veces no entiendo por qué siento lo que siento, menos aún cuando estoy convencida de otra cosa. Quiero resolverlo, mas no puedo, y concluyo diciendo que el corazón tiene razones que la propia razón no entiende.

-Cierto, la razón no lo entiende, pero puede entenderlo.

-¿Cómo?

-Prestando atención, sin concurso del juicio, a los pensamientos fugaces que viajan por nuestra mente y que por bien conocidos ya no verbalizamos.

-No lo entiendo.
-Son las creencias, estructuras de ideas que hemos ido adoptando desde que tenemos luces y cuyas raíces se hunden en el inconsciente y van desatando las emociones.
-¿Por qué es necesario no juzgase? A mí el juicio me sirve para no cometer los mismos errores.
-Si te juzgas te sientes mal y te ocultas cosas. Observar los errores sin culparse por ellos permite operar mejor en nuestro pensamiento y descubrir aspectos de él con los que ya no estás de acuerdo. En lugar de culpa, te recomiendo que la llames responsabilidad, un término más liviano que deja libre más grados de movimiento.
-No me lo puedo creer que sea tan simple.
-Pues créelo. La idea es simple pero requiere dedicación. Observarse no es algo que puedas hacer sólo a ratos si quieres enterarte de cuál es el problema que te hace daño. Eso no significa que te obsesiones, sólo que de vez en cuando no te quedes sólo con la apariencia, resignada y triste.
-No sé, yo lo veo muy difícil.
-Si así lo ves, así será para ti.
-No me digas eso que me quedo mal.
-No lo hago para que te hundas. No es ninguna advertencia. Es como es. ¿Acaso puedes disfrutar de una película de la que sólo ves pedazos? ¿De veras no sientes curiosidad si se trata de tu vida, una vida en la que puede que no logres ser feliz sólo porque no te conoces lo suficiente?
-No sé... Nunca me lo había planteado así. No puedo evitar sentir cierto miedo al remover cosas de mi pasado que me duelen mucho.
-Pero el miedo sólo es real en la oscuridad de tu insconsciencia. De ella salen efluvios inconexos a menudo descontextualizados, que otros hechos del presente te despiertan por asociación. Si aprendes a tirar del hilo y a manejar la información que destapa sin juzgarla, el miedo se va haciendo pequeño en tanto que la luz va inundando las galerías de tu psiquismo. Y, créeme, conforme te vas conociendo, ya no hay resignación que valga, pues todo va encajando en ese mosaico extraño que es la vida.
-¿Lo sabes porque lo pones en práctica?
-Desde luego que sí. Si no, no te lo diría. La solución no es instantánea, como tampoco lo fueron en su día la formación de los cúmulos de tu mente que no entiendes. Pero si nunca empiezas, y no es posible hacerlo si no crees que algo como lo que te pasa tenga remedio, tendrás todo el trabajo sin hacer y una larga lista de despropósitos aguardándote.
-¿Me enseñarás tú? No estoy muy segura de saber hacerlo sola.
-Haré cuanto esté en mi mano, pero déjame decirte que si tú misma estás convencida de que vas a poder, no habrá nada que se te resista. Mis palabras o los libros que amplíen tu visión, nunca serán nada comparado con lo que tú misma descubrirás cuando sobrevueles tu propio terreno, con la secreta confianza de que conocerte es la aventura más apasionante a la que podrás dedicarte mientras vivas.

Imagen: Maitena Burundarena

A propósito de una entrada de Hécuba.

1 comentario:

PazzaP dijo...

Ŧirєηzє ✿ܓ dijo...
que gran verdad... espero "resolverme" pronto... y conseguir "averiguarme"...
un abrazo

16 de junio de 2010 12:41

PazzaP dijo...
No tengas prisa que igual tardas más.

No lo esperes, ya lo estás haciendo. Mírate...

A la sensación de no conseguirlo
contribuye en gran parte la incongruencia entre lo que siento y lo que pienso.

16 de junio de 2010 20:53

PazzaP dijo...
Y un abrazo, claro que sí.

16 de junio de 2010 20:54

hécuba dijo...
Vaya... me siento halagada, toda una etiqueta para mí. Al principio cuando he empezado a leer, he pensado que me sonaba muchísimo y ya me he dado cuenta, claro :)
Muchas gracias por tenderme una mano, Pazza P. Tengo que volver a leerlo, despacito, para poder hablar sobre ello :)
Gracias otra vez.

ps. Vaya, me ha tocado la palabra "avara", una palabra que no va nada conmigo, ya ves :)

16 de junio de 2010 22:10

PazzaP dijo...
A tenor de lo que me contestaste en tu blog, me inspiraste esta entrada. Derechos de musa te mereces :)

16 de junio de 2010 22:26

PazzaP dijo...
¿Dónde te ha tocado? ¿En el hombro? ¿En la lotería? :)
De veras que no sé qué quiere decir la última frase.

16 de junio de 2010 22:28

hécuba dijo...
¿Qué te contesté? Que era una sentencia o algo así, ¿no? . Bueno, en ese momento supongo que lo pensaba así :)

La última frase no tiene mucho misterio. Al escribir un comentario te aparece una palabra que tienes que escribir, para que salga publicado el comentario (supongo que por cuestiones de spam o yo qué sé). Normalmente son palabras que no significan nada, pero a mí en ese comentario me salió "avara" y me llamó la atención.
Por cierto... gracias por cuidarme :)

17 de junio de 2010 15:03

PazzaP dijo...
En mi comentario a tu entrada "Las dos partes que te tocan, te dije:
"Suena a sentencia.
Si haces lo que crees, cuida lo que dices, pues te llevará donde tal vez no quieras..."

Y tu me replicaste: "Es que es una sentencia."

Claro que no dudo de que en ese momento lo pensaras así, pero fue precisamente eso lo que me inspiró responderte asá.

No por casualidad el 16 de junio colgaste una frase del libro que te regaló Fer: "Ten cuidado con lo que deseas, porque puede hacerse realidad."

Ahora sólo me resta invitarte a que, si quieres, unas tú sola los cabos que te digan algo de ambas.

17 de junio de 2010 16:52

hécuba dijo...
Por supuesto, ya sabía que eso era lo que te habiá inspirado PazzaP y me encanta que me hayas respondido asá. Lo que quería decirte es que según el momento que esté atravesando, según mi estado de ánimo todo lo veo mucho mejor o no, o más flexible o no. Y en aquel momento me veía sentenciada. Hoy, no tanto :)

¿Sabes? Supongo que uno de mis principales problemas es que muchas veces no sé qué deseo o qué quiero. Otras, sin embargo, lo tengo maś claro. Depende, ya digo de mi estado de ánimo y de las circunstancias :)

Gracias otra vez :)

17 de junio de 2010 21:14