17 jun 2010

To live or not to live.


En el lugar del ictus se ha producido un colapso de células entre circulantes y residentes. Los leucocitos tratan de restablecer el tráfico, pero su sola presencia lo atora más.

Diálogo en un lugar cercano a los hechos. Uno eritrocito circulante (I) a otro residente (II), que contempla desde su tejido el accidente cerebral.

Eritrocito I: ¿Qué ha pasado? ¿Por qué está el tráfico cortado? Con la prisa que tengo por depositar en la amígdala cerebral esta molécula que traigo conmigo. Me han dicho que la están esperando para tomar una decisión muy importante.

Eritrocito II: Pues parece ser que la voluntad de este cuerpo intenta aclarar una duda existencial de primera magnitud: no sabe si vivir o matarse. Me lo contó mi primo el eritrocito que cubre la zona prefrontal.

EI: ¡Ay que fastidiarse! Así no hay quien viva. Cada vez nos lo ponen más difícil. Claro, que si quiere morirse nosotros no podemos hacer nada más que resignarnos, pero que no sea porque no contribuimos con nuestro sudor a que no escoja decisiones tan drásticas. Mi jefe me ha contado que este 02 tan puro, tomado en la sierra, hace un efecto inmejorable en las neuronas serotoninérgicas más deprimidas.

EII: Ya... Vaya, pues si no te da tiempo a llegar lo llevamos de cráneo, porque las dudas y el miedo han influido sobre la presión arterial de tal modo, que se ha estrechado la luz del vaso por el que viajas tú, arrojando al camino las moléculas de colesterol que había en los arcenes.

EI: ¿Y tú cómo estás tan bien informado?

EII: Porque me ha llamado al móvil mi cuñada, la que cubre las coronarias, y me ha dicho que estuviera preparado para esto.

EI: Caray, estás en todo.

EII: Sí, es que mi familia es enorme y como andamos un poco desperdigados por el mapa corporal, nos llamamos a menudo para contarnos qué tal nos va. Siempre fuimos como una piña, ¿sabes?

EI: Entiendo.

EII: Y aquí estamos mis vecinos y yo esperando que los linfocitos restrablezcan el tráfico para volver al trabajo. A mí me han ordenado que no me mueva de aquí, así que si quieres te invito a una caña mientras esperamos.

EI: Mmm... te lo agradezco, pero la verdad es que tengo que llegar antes de se degrade mi carga, así que voy a dejarte y explicarle a aquel Neutrófilo con cara de amable que me dé prioridad, porque si se nos muere la voluntad hasta él perderá el empleo para siempre.

EII: Ufff... Espero que tengas suerte. No me gustaría que acabáramos ahora que hay tanto por hacer, porque las secuelas de este atasco no van a ser pocas: parálisis, depresión, falta de memoria, afasia...

EI: Bueno, no hay mal que por bien no venga. Quizá ahora la voluntad se dé cuenta de que su descontento sólo nos ha traído una crisis que nos va a afectar mucho a todos.

EII: Si sale y no le quedan demasiadas secuelas, quizá se replantee no darle tanta importancia a cosas que no la tienen.

EI: Dios te oiga... Bueno, me voy circulando. Gracias por todo.

EII: De nada, hombre. La próxima vez que pases por aquí, si no tienes tanta prisa, entra a tomarte esa cerveza y te cuento más cosas de mi familia, que sabe de este cuerpo más de lo que te imaginas.

EI: ¡Valeee, hasta otraaa!

**
Los glóbulos rojos (o eritrocitos o hematíes) transportan el oxígeno al resto de las células del cuerpo.

2 comentarios:

PazzaP dijo...

Nebroa dijo...
Es genial Pazza, genial. Un cuento maravilloso, tan real que deja de ser cuento en cuanto lo cuentas! :)
me ha encantado

Sabes? Aprovecho este mismo comentario para hablarte. Yo te veo tan inteligente, tan puesta en el tema, nuestro tema, tan sabia, tan conocedora de ideas y conceptos adecuados para el objetivo concreto que a veces vengo y me 'pierdo'. Releo un par de veces, como mínimo, tus entradas, y llevan muchísima verdad, mucha claridad, y sabes? a mi mente le cuesta entenderlo, como si no quisiera oirlo. Se dispersa, se va a otro sitio, no se concentra. Por eso releo, o vuelvo otro día a releer de nuevo, como si no quisiera pillarlo, entenderlo, escucharlo... Y me siento perdida, porque entonces empieza a decirme, ves? ella sí que sabe, ella sí que lo lleva bien, ella sí que avanza, ella sí que sabe redactar lo que ocurre, ella sí que... Y tú? tú vas muy despacio, vas lenta, no puedes, no te organizas, no te enteras de nada...
Y respiro, relajo músculos y releo de nuevo...
Y te lo cuento porque necesitaba expresártelo, porque sí, porque me gusta venir aquí, y quería contártelo, aunque haya sido de este modo tan peculiar :)

27 de junio de 2010 01:12

PazzaP dijo...

PazzaP dijo...
Sabes? Aprovecho este mismo comentario para hablarte.// Y yo para contestarte.

Yo te veo tan inteligente, tan puesta en el tema, nuestro tema, tan sabia, tan conocedora de ideas y conceptos adecuados para el objetivo concreto que a veces vengo y me 'pierdo'.// Que tú me veas inteligente es prueba indudable de que tú también lo eres, sobre todo porque la inteligencia no tiene nada que ver con el número de paquetes de información que manejas, sino con saber hacerlo con lucidez para tu provecho en la interacción contigo misma y con el mundo que te rodea. Y tú estás en ello, todos lo estamos, sólo que unos se dan cuenta y otros avanzan en contra por pura ignorancia.

Releo un par de veces, como mínimo, tus entradas, y llevan muchísima verdad, mucha claridad,// También las tuyas lo llevan. Son tu mirada, y eres honesta con su descripción.

y sabes? a mi mente le cuesta entenderlo, como si no quisiera oirlo. Se dispersa, se va a otro sitio, no se concentra.// Es el juego del razonamiento que está de guardia y siempre dispuesto para el uso que tú le des. Las estructuras de creencias son un conjunto cohesionado, a veces armado con cemento. Y así como nunca podrías intercalar un ladrillo en un muro ya hecho, tampoco puedes darte cuenta, convencerte de muchas cosas sin las estructuras adecuadas en tu mente, que sirvan de anclaje. Se hace necesario entonces, derribar el muro entero y construirlo de nuevo, reaprovechando los elementos del mismo que sean congruentes con la nueva construcción. Lo que te pasa tiene sentido. Es lo más habitual que pase cuando el tejido pensante hace de impermeable. Nada que no repare la conciencia a su debido tiempo.

Por eso releo, o vuelvo otro día a releer de nuevo, como si no quisiera pillarlo, entenderlo, escucharlo... Y me siento perdida, porque entonces empieza a decirme, ves? ella sí que sabe, ella sí que lo lleva bien, ella sí que avanza, ella sí que sabe redactar lo que ocurre, ella sí que... Y tú? tú vas muy despacio, vas lenta, no puedes, no te organizas, no te enteras de nada...//De nuevo ha tomado la palabra tu juez interno, que aumenta ficticiamente los desfases con una comparación absurda entre seres que son únicos, irrepetibles. No dudes de que cada cual está donde tiene que estar según un plan que no controlamos del todo, y en el que se nos ha dado un papel que representar con una buena tajada de libertad improvisadora, que paradójicamente permite a veces más opciones de lo deseable.

Y respiro, relajo músculos y releo de nuevo...// Respirar. Eso es lo único importante, pues con los problemas disminuye el estímulo vital capaz de controlar que la ansiedad no se dispare, y con ella, todos los pensamientos limitantes. Respirar. Parece absurdo, pero a veces es lo único que funciona de verdad.

Y te lo cuento porque necesitaba expresártelo, porque sí, porque me gusta venir aquí, y quería contártelo, aunque haya sido de este modo tan peculiar :)// Está bien, Nebroa, gracias por contribuir al sentido de lo que digo con tu decir paralelo. Me gusta verte "toquetear" mis palabras y que hagas malabares con ellas. :)

27 de junio de 2010 17:40