20 ago 2010

Poliamor.

Yves-Alexandre Thalmann:

"El poliamor es el encuentro entre el amor sentimental y el amor universal".

En Estados Unidos existen diversos grupos y asociaciones de personas poliamorosas, para defender sus derechos y promover su causa. En Europa, el movimiento está empezando a darse a conocer más recientemente y con menos fuerza. Tanto en Europa como en Estados Unidos, se da un mayor número de activistas entre las mujeres.

El amor exclusivo, por definición, no es amor. Al igual que puedes amar a muchos amigos a la vez, a todos tus hijos o a tus hermanos y hermanas, el amor sentimental puede expresarse en varias personas a la vez.

Según Yves-Alexandre Thalmann, sí, es posible amar a dos o más personas a la vez y no estar loco.

Pregunta: ¿Cuál es el origen del amor? ¿El amor sale de dentro y se proyecta fuera? ¿O se origina fuera, inspirado por alguien, y se experimenta dentro?

Yves-Alexandre Thalmann: El amor es un estado de la mente, del corazón. Crece dentro. Donde se origina, no lo sé. Probablemente dentro también.

Si es un sentimiento que nace y crece dentro, propio y personal, ¿debe proyectarse hacia todo lo que nos rodea? ¿O bien se fija en una sola cosa o persona en exclusividad?

En el amor se da una paradoja. Si te fijas, en toda clase de amor que conocemos (maternal, familiar, de amistad) nunca es exclusivo. Una madre no quiere sólo a un hijo o hija, sino a todos; en la familia, con las amistades. ¿Por qué el amor sentimental debe ser exclusivo, sólo dirigido a una persona? ¿Por qué no inclusivo, y dejar que se desarrollen otros amores, otros deseos y sentimientos, otras relaciones profundas?

Dígamelo usted. ¿Por qué no ocurre así?

Por la cultura. Las personas estamos condicionadas desde pequeñas, cuando observamos que tenemos un padre y una madre y no hay más. Nos alimentamos de esa "realidad" en los cuentos de hadas, en las películas. Nuestra cultura sólo admite las relaciones sentimentales de a dos. Lo demás es considerado como aberraciones. Pero no existe ninguna razón biológica ni social para que el amor sentimental deba ser exclusivo.

¿En qué consiste exactamente el "poliamor"?

Es una forma de amar. Hay otras formas como la pareja exclusiva, la poligamia, la poliandria, la monogamia o monoandria serial, etc. A diferencia de todas las demás, el poliamor no es restrictivo, no se atiene a normas, excepto en lo que a valores se refiere. El poliamor se basa en la igualdad de derechos, el respeto, la comunicación franca y la no posesividad.

¿Y el resto de las formas de relación amorosas no?

No. En la mayoría de las otras formas no se respeta el derecho de la otra persona a sus sentimientos y deseos por otras personas. Por eso se reprimen o bien se realizan y se ocultan, se miente, no existe comunicación sincera, se basa en la pertenencia mutua o bien (y esto ocurre en el fondo en la mayoría de los casos) en el sentido de posesión de uno o más miembros (en el caso de la poligamia) por el otro, generalmente el que ejerce el control es el hombre.

En concreto, ¿cómo se desarrollaría una relación de poliamor?

Tú mantienes una relación amorosa con una pareja, a sabiendas de que en un momento dado esa persona puede mantener otras relaciones, puntuales o no. Y no me refiero sólo sexuales, sino sentimentales y completas. Ella tiene el derecho a materializar y desarrollar otros amores que surjan en su vida, lo mismo que tú.

¿Todo es así de bonito y fácil en las relaciones poliamorosas?

Nadie ha dicho que sea fácil, tampoco el resto de las relaciones lo son. Sólo que el resto de las relaciones te mantienen atrapado en tus sentimientos de apego, posesividad, control de la otra persona, inseguridad, miedo, etc., todos ellos sentimientos humanos negativos, que te impiden crecer, pero legitimados de alguna manera por el sistema, y en el poliamor te obligan a enfrentarte a ellos, te saca del egocentrismo para obligarte a tener en cuenta los derechos de la otra persona, incluido el derecho a la felicidad y su propio crecimiento personal. Y este crecimiento personal muchas veces pasa por desarrollar otras relaciones.

¿Cuáles son los grandes retos, a la hora me mantener una relación de poliamor?

El principal reto es que hay que reinventarlo todo. En las relaciones exclusivas al uso, cada cual conoce su rol, su función, sus compromisos, y todo ello va combinado con sentimientos de renuncia, culpa, bienestar, seguridad, traición, etc. etc. En las relaciones poliamorosas han de reinventarse conceptos como la fidelidad, que ya no es puramente sexual sino de confianza en la otra persona. Son básicos conceptos como el respeto, la sinceridad, la comunicación y, por encima de todo, la igualdad de derechos. Incluso la empatía. No haces o dejas de hacer algo porque le duele a la otra persona, ni pides lo mismo de ella porque te duela a ti, sino que utilizas ese dolor (del apego, la posesividad, el control, el egocentrismo) para crecer, juntos. Por encima de todo piensas en la libertad, la felicidad y los derechos de la otra persona, que son los mismos que quieres para ti. Por eso cuidas y alimentas tu amor por ella.

Antes hablabas de la infancia, cuando se nos inculca la pareja exclusiva como única forma de relación sentimental. Hablemos de los hijos, ¿cómo viven esta experiencia? ¿No son ellos precisamente los más críticos y exigentes, cuando ven que su madre y su padre son una pareja abierta al poliamor?

En teoría y de forma natural, a la criatura lo que le importa es que haya amor, que su madre y su padre estén enamorados. Pero es cierto que las costumbres culturales hacen una gran presión aquí, sobre todo al llegar a la adolescencia, que es una etapa en que todo lo ven de forma radical como blanco o negro. ¿Qué hacer entonces? Nada. Esperar a que se hagan mayores. Las cosas son como son y forma parte de su crecimiento el que lo acepten.

Además de psicólogo, eres profesor de instituto. ¿Cómo reaccionan tus alumnas y alumnos ante este tema?

La mayoría lo rechazan de plano. Es una edad en la que se barajan muchas inseguridades y la posibilidad de una pareja abierta, en la que la otra persona pueda enamorarse también de otras personas resulta amenazadora. Cuando hablo del tema en alguna conferencia, ya sea ante menores o mayores de edad, de cada 10 personas, 8 se niegan siquiera a pensar sobre ello; una puede escuchar con atención, incluso leer el libro, planteárselo en pareja y hasta descubrir conceptos nuevos y retos para desarrollar un amor más profundo y libre. Y tal vez sólo una persona lo entiende, conecta, se identifica y empieza a sentir "no estoy sola", "lo que siento no es una perversión ni una enfermedad". Mi libro está dirigido especialmente a todas esas personas que se sienten culpables, se ocultan y se ven obligadas a vivir sus sentimientos como si estuvieran dentro del armario.

Dado que es tan difícil vivir el poliamor, ¿puede ocurrir que tiendas a disfrazar el amor que sientes por otras personas para no poner en peligro tu pareja, identificándolas como simples relaciones de amistad?

Continuamente. En una cultura donde la moral imperante sólo acepta la pareja exclusiva, ante nuevas atracciones amorosas sólo te queda o bien mantener relaciones clandestinas (donde intervienen la mentira, la falta de respeto y multitud de formas de culpabilidad, castigo y autocastigo) o renunciar a ellas, o bien disfrazar el amor como simple amistad. Pero eso tampoco es tan importante para una persona poliamorosa, para la cual el sexo no es lo fundamental. Mientras que en el resto de relaciones (exclusivas, polígamas o poliandrias, de intercambio, etc.) el sexo es crucial, en el poliamor lo que es crucial es la relación completa, la conexión emocional, los sentimientos, etc. Si hay sexo, bien; si no lo hay, qué vamos a hacerle. Eso no destruye tus sentimientos.

¿Por qué crees que se ha mantenido durante tanto tiempo y en tantas culturas a la vez la relación de pareja exclusiva?

No en tantas. Si estudiamos detenidamente las poblaciones y las culturas, vemos que la pareja exclusiva no es mayoría en el mundo. Pero sí es cierto que la sociedad patriarcal ha dado ventajas siempre al hombre, tanto en las relaciones monogámicas como en la poligámicas, incluso en las poliandrias. El hombre en una relación poligámica es el amo; en una relación poliandria (en la India, por ejemplo) la mujer no es la ama, es la esclava sexual de toda la familia masculina (los hermanos, el padre, etc.). La pareja monogámica exclusiva se plantea en realidad como una defensa y protección de la mujer, que aún sigue siendo considerada como una propiedad del varón. Pero no es casualidad que este tipo de relación haya dado lugar a fenómenos como la prostitución, el adulterio, etc., que han permitido al hombre mantener la pareja monogámica sin coartar sus deseos naturales.

¿De sexo alternativo?

Ese es el problema: que transgredir la supuesta moral les hace justificarlo con argumentos como que es sólo sexo, no hay implicación sentimental, etc. Con lo cual se está dando lugar a la explotación de otros seres humanos. Aparte de las mentiras, la doble moral y todos los problemas que acaba generando en la relación.

¿La alternativa es el poliamor?

El movimiento que reivindica el poliamor no intenta imponerlo ni hacer adeptos. Se trata de respetar la opción personal de cada cual. Quien opte por la pareja exclusiva, bien, pero quien tome otras opciones, como la del poliamor, bien también. Dejando claro que no se trata de un mero deseo de mantener muchas relaciones sexuales.

El poliamor es una mente abierta a amar de forma completa a varias personas a la vez, sentimental y físicamente No es sólo sexo y puede ocurrir que, por diversas circunstancias, el sexo esté ausente de la relación.

Ser una persona poliamorosa consiste en:


- Abrirse al amor y responder favorablemente cuando se presente.
- Trabajar continuamente sobre los celos y la posesividad.
- Establecer las relaciones amorosas con sumo respeto y cuidarlas.
- Esforzarse en comunicarse de forma clara y auténtica con sus parejas, renunciar a las mentiras y la manipulación.
- Renunciar a desear controlar a la otra persona.
- Cultivar un espíritu de gratitud por lo que se recibe sin exigencias a sus parejas.
- Aceptar que tendrá que enfrentarse a la incomprensión, la desaprobación y el rechazo de otras personas, mientras que en tu cultura prevalezca la pareja exclusiva.

Los retos del poliamor.

La práctica del poliamor responsable no es compatible con la búsqueda de lo fácil. Los retos de este tipo de relación incluyen:

Respecto a la otra persona.

- Darte cuenta de que tu pareja se ha enamorado de otra persona y ver brillar sus ojos cuando te habla de ella.
- Comprender y escuchar a tu pareja cuando elogia los méritos y cualidades de su nuevo amor.
- Ver cómo tu pareja se va a pasar un fin de semana de enamorados mientras tú te quedas en casa a cuidar de los hijos.
- Consolar a tu pareja cuando vive un periodo sentimental más delicado, incluso un amor no correspondido o una crisis de relación con otra persona.

En tu experiencia personal.

- Elegir con quién vas a salir en un momento dado.
- Hacer frente al sufrimiento de alguien que te confiesa su amor, pero está con otra pareja exclusiva.
- Renunciar al amor porque las personas amadas no quieren o no pueden entender la posibilidad del poliamor.
- Tomar conciencia de que a pesar del amor recíproco, nunca podréis hacer vida en común.
- Ser objeto de críticas, desprecio, o que te consideren socialmente como una persona pervertida, amoral, enferma, etc.
- En definitiva, no poder vivir abierta y socialmente el poliamor, o bien afrontar tantas dificultades sociales para hacerlo.



El autor.
Yves-Alexandre Thalmann es psicólogo, profesor y especialista en desarrollo personal. Actualmente ejerce como formador, conferenciante y consultor en relaciones humanas en Suiza. Es autor de diez libros y un declarado poliamoroso.

El libro.
La virtudes del poliamor.
La magia de los amores múltiples.
Plataforma Actual.
122 págs.

La sociedad actual parece muy tolerante con las diferentes formas de amor y de sexualidad, de manera que las diversas orientaciones y prácticas sexuales se muestran públicamente. Sin embargo, subsiste el último tabú: el amor debe ser exclusivo y la pareja es su única manifestación y el matrimonio su único reconocimiento legal. Pero este modelo monógamo está en crisis: los divorcios son cada vez más frecuentes, las familias recompuestas están al orden del día, sin hablar de infidelidades, engaños y traiciones que socavan la solidez de la pareja y que no aparecen en las estadísticas. ¿Y si el problema residiera precisamente en la creencia de que el amor sólo se puede jugar a dos?¿Y si la exclusividad amorosa, que la mayoría tenemos como un ideal, estuviera en el origen de la posesividad y los celos?¿Y si el compromiso con una sola pareja tuviera en su seno el germen de la insatisfacción, el enojo y la violencia? Ésta es la audaz tesis que plantea el autor, desmontando numerosas ideas preconcebidas sobre las relaciones amorosas. Y, sobre todo, muestra que el respeto y la confianza pueden surgir de los amores múltiples y asumidos.

6 comentarios:

José Ángel Gómez Fernández dijo...

Interesante punto de vista el poliamor. Desde luego el concepto de fifelidad cambia sustancialmente...

PazzaP dijo...

Si sólo fuera el de fidelidad...

Nebroa dijo...

Lo cierto es que aunque conecta de una forma maravillosa con mis adentros, lo que me permite ver más bien es precisamente todos los velos que llevo colgados sobre los ojos. Hay una parte de mí que comparte absolutamente la entrada, hay otra que no para de agobiar sintiéndose miedosa y agazapada. Es una utopía lo que cuentas o llegará el ser humando a sentirse tan libre como para poder dejarse llevar hasta ahí? No sé... Sé que ahora yo no soy capaz, no de sentir ese amor, si no de tolerar que así lo sientan por mí. Veo y digiero mi egocentrismo, pero soy consciente de todo lo que aun abarca y lo que aun domina mis días...
Gracias... como siempre :)

PazzaP dijo...

No es utopía, Nebroa, hay personas que lo practican, o están receptivas y en plena fase de transición. De hecho tú misma reconoces que conecta contigo.

En tanto de cara a la galería predomina el paradigma de exclusividad, para los adentros siguen rugiendo las incongruencias... buen caldo de cultivo para el sufrimiento en espiral ascendente.

Elvis dijo...

Siempre he tenido muy claro, que la naturaleza del hombre, al igual que la mayoría de las demás especies animales, no es monógama. Pero como estamos empeñados en darle la espalda a nuestra naturaleza, nos dejamos guiar por unas normas de falsa moralidad, impuestas por la iglesia sabe Dios con qué objetivo.
En muchas culturas y religiones está permitida la poligamia y allí nadie habla de adulterio.
Pero como se suele decir "la cabra tira al monte", lo que produce tantas y tantas infidelidades a las que buscamos mil y una explicaciones, cuando la razón es muy simple: es nuestra propia naturaleza la que lo provoca.

Saludos cordiales.

PazzaP dijo...

That's! :)

Saludos Elvis.