24 ago 2010

Para que no se me olvide...

Dedicado a quien ha perdido la esperanza de todo cambio, porque vive en el error de ignorar que lo único que no cambia es el cambio, y que por tanto, sea o no consciente de su participación en él,  no cabe ninguna duda de que cambio será de todas formas.

Tómale una foto a tu futuro


En la película “La Máquina del Tiempo”, Alexander Hartdegen inventa ese curioso medio de transporte para viajar en el tiempo y así evitar que asesinen a Emma, su prometida. Para su sorpresa, todas las veces que viajó al pasado la joven mujer siempre corría con suerte trágica. El mismo protagonista expresó: “Podría venir cien veces del futuro… que la vería morir de cien formas distintas”.

Ni siquiera la ciencia mágica de una máquina del tiempo puede cambiar el pasado. Los normales tendemos a utilizar eventos del pasado como excusa para seguir obstruyendo los sueños que podrían encender la pasión de nuestra alma.

Esos eventos que tratamos de borrar del álbum de nuestras vidas, como si negándolos nos fuéramos a redimir de haberlos sustituido por lo que más amamos. Esos eventos…

Una tormentosa infancia.
Una pérdida dolorosa e inesperada.
Un accidente que te privó de alguna función vital del cuerpo.
Una relación conflictiva y enfermiza.
Un paso en falso en tu carrera.
Un trauma familiar de esos que nos recuerdan que la vida “no es justa” (¿acaso para alguien lo es?).
Esas preguntas sin responder que una y otra vez nos visitan.
Un proyecto de grandes expectativas pero de ruines consecuencias.
Una enfermedad crónica.
Una persona que nunca debió haber aparecido en tu vida y de la que no aprendimos la lección valiosa que nos traía.
Un error de “la matrix”.

Y tú mismo le puedes seguir poniendo nombres a esos eventos inesperados que sacan el más maravilloso potencial de nuestra capacidad creativa.

Despojarse de la carga de algo que ocurrió en nuestro pasado, es el principio de la transformación del futuro.

Esta es la pincelada de inspiración que quiero transmitir: Emprende un viaje virtual… tómale una fotografía a tu futuro, a ese futuro que te va a poner una sonrisa eterna, y carga esa fotografía a diario, para que el presente se apresure a convertir la foto en realidad.

Esa foto tiene que ser algo tangible que irremediablemente te recuerde, te presione, te acose, te extorsione, te persiga y te obligue todos los días a dar un paso más cerca de tu gran sueño.

Si se relaciona con las artes, un pincel o un Van Gogh en tu llavero.
Si es un viaje a algún país, algo que te evoque ese país.
Si tiene que ver con una o más personas, un objeto que te las recuerde.
Si es un proyecto personal, un ícono de ese proyecto que te lo haga tener presente.
Si es una creación tuya cualquiera, un retazo de esa creación que te identifique.

Y esa foto será el principal medio de presión que te recuerde todos los días por qué estás aquí, a qué viniste y a cuántos cientos de personas podrías alumbrar con tu sello único.

¿Listo para viajar en el tiempo?


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Copiado con permiso de sus autores, cuya labor de consciencia me reconforta sobremanera.
http://despertardelosnormales.blogspot.com/2010/08/tomale-una-foto-tu-futuro.html


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A propósito de una entrada de Hermanos Cervantes II

3 comentarios:

guille dijo...

Yo vivo con una frase de Woody Allen en la cabeza:

"Me encanta el futuro, es el unico sitio en el que vivire el resto de mi vida."

Creo que tiene que ver con la actitud que señalas en tu entrada.

PazzaP dijo...

Más que la actitud, que también, y a riesgo de equivocarme con el objetivo del que la escribió, creo que es el espíritu que ha de alimentar el presente.

Simplemente porque el hoy, aquí y ahora, es el único punto de mi existencia en el que puedo ser consciente de lo que hay.

Dejame que te cuente dijo...

no quiero fotografiar mi futuro..
me da panico lo que voy a encontrarme...
prefiero fotografiar el hoy....que se mehace menos insoportable...


buenisimo este post...¡¡¡