31 ago 2010

Concepción del mundo y niveles de consciencia.

La consciencia no conforma compartimentos estancos. Dado su carácter dinámico e inclusivo, no necesariamente se está en uno y no en otros.
Por suerte, la consciencia se va ampliando entre las luces y las sombras de nuestro sol existencial.

De un vídeo de Kítaro: Lord of de Sand
 
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Agosto 31, 2010 Filed under: Alejandro Jodorowsky,Consciencia — planocreativo @ 9:41 am

 
1.-¿Es el mundo un lugar para sobrevivir? = Nivel de consciencia Animal.

Este nivel está caracterizado por los problemas de territorio. La persona en esta etapa solo se preocupa de cubrir las necesidades más primarias.

¿Qué hacen?

Transforman la realidad en una jungla de agresividad. Es lo que ocurre en el mundo animal donde solo se desarrollan los egos más bajos. La motivación se centra en la satisfacción de las necesidades básicas. Se han desarrollado los egos material y sexual, pero el emocional e intelectual están inmaduros. El motor de la acción es la supervivencia y sus respuestas giran en torno a la comida, el sueño y el sexo. Un asesino a sueldo es un ejemplo claro de consciencia animal.

¿Qué diría una persona con este nivel de consciencia?

“Yo, comiendo bien, durmiendo mis horas y teniendo sexo cada vez que me apetezca, ya estoy satisfecho”



2.-¿Es el mundo un lugar para jugar? = Nivel de consciencia infantil.

La persona permanece infantilizada, donde la prioridad es el entretenimiento: jugar, coleccionar, ver películas. Es la consciencia de los “parques temáticos” y de las películas americanas. No se pretende llegar a ningún sitio, no hay ideal o búsqueda, sólo se plantea entretener.

¿Quién está en este nivel?

La sociedad americana está en este nivel, es la cultura del ocio y entretenimiento, no saben defenderse a pesar de la maquinaria bélica de la que disponen.

Tampoco podemos olvidar que nuestra sociedad trata de mantenernos en este nivel, donde somos consumidores compulsivos.

¿Por qué?
Porque “un niño” no puede montar ninguna “revolución” y el poder los manejará con total tranquilidad…

¿Qué decimos desde este nivel de consciencia?

“Me doy por contento estando entretenido, mis pelis, mis videojuegos, mi vueltecita por un parque temático en vacaciones… ¿Hay algo más que pedir?”



3.-¿Es el mundo un lugar para enamorarse? = Nivel de consciencia adolescente-romántico.

El romántico está permanentemente pidiendo, sin dar. Es un personaje típico de algunas series de televisión actuales y de las noticias del corazón.

¿Qué motiva a este nivel de consciencia?

Hay una visión cursi de la vida que conduce al perfeccionismo. Consiste en valorar por encima de todo el hecho de: “realizarse es encontrarse con su pareja” Continuamente se está a la búsqueda de la mujer o del hombre ideal.

¿Cuál es la finalidad de la vida vista desde este nivel de consciencia?

La finalidad de la vida encontrar una pareja. Dicen: “lo mejor en la vida es estar enamorado. Una vez que encuentras a tu media naranja, ya está todo hecho en la vida”



4.-¿Es el mundo un lugar para poseer y ganar? = Nivel de consciencia Adulto-egoísta.

El adulto se caracteriza porque invierte. Ahora bien, puede ser un adulto explotador, cuyo afán sea poseer y explotar.
¿A quién podemos situar en este nivel?

Al político, industrial o traficante de drogas que hace mucho dinero aprovechándose de los niveles inferiores: niños y románticos. Usan su poder en beneficio propio sin valorar el daño que está provocando a la sociedad en la que vive. No le importa plagiar, si eso le va a aportar beneficios. Responsables de crear industrias “tóxicas” que generan muchos beneficios pero contaminando y lastrando a la sociedad. De ser explotador, el egoísmo le puede llevar a ser abusador y vivir en un aislamiento mental con nivel cero de empatía.

¿Pongamos voz a este nivel de consciencia?

¡Pandilla de insulsos! No se es nada en la vida sin el poder, sin hacer buenos negocios, sin ganar millones de dólares a costa de lo que sea, para eso estamos aquí.



5.-¿Es el mundo un lugar para compartir? = Nivel de consciencia Adulto-altruista.

El adulto generoso no se queda nada para él, lo comparte con los demás También sabe recibir, aprende lo que es el servicio. Es el que da un servicio a su comunidad, aunque gane mucho dinero con eso. Puede ser un gran médico o cirujano. Tal vez un empresario que además de ganar dinero beneficia de alguna manera a la sociedad que le rodea. Muchas veces la consciencia adulta lo es a escala local. Actualmente saltan a la prensa constantemente acciones solidarias de conocidos empresarios y artistas que son claros ejemplos de este nivel de consciencia.

¿Qué diría una persona con este nivel?

Creo que estamos aquí para otra cosa, podemos enriquecernos, pero siempre beneficiando a los que nos rodean.



6.-¿Es el mundo es un lugar al que cuidar y desarrollar? = Nivel de consciencia social planetario.

En este nivel ya se ha descubierto que todo está unido, que viajamos en la misma nave: la Tierra. Por tanto es el nivel al que todos los habitantes del planeta deberíamos de aspirar.

¿Cómo podemos alcanzarlo?

Cuando el servicio que se ofrece trasciende las barreras locales y se expande a nivel planetario. Pero el error del ser con consciencia planetaria es quedarse estancado en el aquí y ahora, y así, no llegar al destino de cada ser: el de fusión total con el Universo.

Si hablamos de beneficios, ¿qué dice alguien que ha llegado hasta este punto?

“También podemos beneficiar a todo el planeta”



7.-¿Es el mundo un trampolín para expandirnos a otros mundos? = Nivel de conscencia cósmico.

En este nivel el secreto de la conciencia es la “re-unión: volver a unir lo que estaba separado. Estamos en un sistema planetario girando alrededor de una estrella que es el Sol. Formamos parte de una galaxia que a su vez pertenece al universo. Es una escala muy grande, que nos supera y convierte en una pequeña gota de agua en un inmenso océano.

¿Alguna característica que identifique este nivel?

La persona que lo ha alcanzado sabe relativizar los problemas cotidianos, porque se inclina ante las leyes del cosmos. Acepta la muerte, se desprende de toda posesión y se entrega a la vacuidad.

¿Qué piensa de los beneficios?

Tiene una mirada que abarca todo el Universo…Intenta saltar la escala humana para fundirse con algo más grande



8.-¿El mundo es Dios y Dios es el mundo?, ¿Todo es sagrado? = Nivel de consciencia divino.
Nivel de conciencia unida al nombre inefable que está dentro de cada uno

Es la que alcanzaron: Buda, Cristo y Mahoma. Un nivel que cae fuera de nuestro alcance, somos seres humanos, la divinidad queda en otro plano de momento. Sin embargo, todos llevamos dentro esa llama divina, nuestro Dios interior, simbolizada en la antorcha del Arcano XV del Tarot. Todos nuestros yoes se pliegan ante este diamante central, que no podemos conocer, pero sí sentir.



¿Podemos poner un ejemplo sencillo para recapitular?

Nuestra mirada al mundo está filtrada por el nivel de consciencia que tengamos y ésta, a su vez, está directamente relacionada con el nivel de consciencia de nuestro árbol genealógico. Sin embargo, todos podemos ir avanzando.

http://planocreativo.wordpress.com/2010/08/31/concepcion-del-mundo-y-niveles-de-consciencia/

El secreto de la vida

30 ago 2010

¿Quién se suma?


Me hago eco de una invitación de la Blogosfera a participar escribiendo el día 8 de Octubre una entrada sobre la convivencia:



Banners para el 8 de octubre: escribir sobre la convivencia


Que un buen día se te ocurra una locura, algo fuera de lo común. Sin objetivos ni metas ni nada concreto ni tangible que ganar (como me preguntaron en una ocasión, el año pasado, cuando escribimos sobre la solidaridad). Que pongas ahí ilusión y ganas. Que recojas alguna decepción cuando apuntas alto y encuentras puertas y oídos cerrados (pensarán ellos, los populares, que buscamos publicidad).

Luego encuentras, en compensación, sorpresas enormes. Y te faltan palabras para agradecerlo.

Lo cierto es que no buscamos nada, tangible. Ni beneficio propio. No nos enlaces. Lo hemos dicho una y otra vez. No buscamos nuestra promoción. Pero si queremos agradecer tu participación enlazando tu blog. Nosotros a ti. Antes, si nos enteramos que tienes intención de participar; después, cuando hayamos disfrutado con tu aportación el día 8 de octubre, escribiendo, fotografiando, versando o dibujando sobre un mismo tema: la convivencia.

Sorpresas, como decía, muchas. La primera, un bloguero por excelencia. Alguien sin quien hubiera sido imposible un pasado 8 de octubre sobre solidaridad y sin quien sería posible un nuevo 8 de octubre sobre la convivencia: Pensamientos JFS. Expresar tu intención de participar con un comentario en su blog, además, tiene recompensa, un pequeño detalle para todos los amigos de la blogosfera. Y yo, aquí, ahora, para esta iniciativa, me coloco a su sombra. Es, mi capitán.

Personas que enlazan los artículos con la información de manera desinteresada para dar difusión, como Historias de la Historia o PIZiadas Gráficas, quién además es el autor del morphing que puedes ver aquí (arriba, a la derecha, en formato GIF animado) y que puedes usar en tu propio blog para enlazar tu propio artículo promocionando la iniciativa: escribamos todos sobre la convivencia el día 8 de octubre. Insistimos, no hace falta ni tan siquiera que enlaces los nuestros.

O sorpresas tan inesperadas y gratificantes como el diseño de un cartel (y animación en Flash), de la mano de Rayajos en el Aire, algo que transmite en verdad el objetivo, el beneficio, no tangible, no económico, no de promoción, de esta propuesta. Bueno, voy a admitirlo y es que hay algo que pocos saben sobre la iniciativa del año pasado. Participamos unos 153 bitácoras escribiendo en castellano. Aproximadamente, ese día y los posteriores, entre 25.000 y 30.000 personas leyeron y aprendieron algo sobre esa palabra. Sí hay consecuencias al participar.

Ahora se me escapan muchos que están haciendo de las suyas para que esta loca propuesta se haga realidad. Algunos ya conocidos; otros nuevos, siempre bienvenidos. Todos entendiendo la idea. Un único objetivo. Mover muchas mentes para pensar, crear, idear, diseñar, inventar y desarrollar una expresión de lo que es para ellos la convivencia. Y además, hacerlo el mismo día, el 8 de octubre.

No hay más normas.

http://blog.artecar24.com/2010/08/banners-para-el-8-de-octubre-escribir.html

27 ago 2010

¡Dios!


Cuando la vida te sale al encuentro y no estás preparada para recibirla, ¿qué ocurre?

¿Huyes en sentido contrario?

¿Abres tus piernas para aumentar el perímetro de sustentación y recibirla con el muelle de tus articulaciones?

¿Le sonríes sin juzgarla y dejas que ella te lleve por los aires hasta que decida posarte?

En el ínterin, ¿cómo mantienes la serenidad para decidir?

Y lo que es más importante para mí, ¿cuánto tardarán las emociones encontradas en aquietar el remolino  una vez que has dejado de resistir el embate de sus olas?

Y si te ahogas, ¿quién te hará la respiración boca a boca?

¡Dios, cuánto necesito un abrazo en este preciso instante...!

25 ago 2010

XVII. Relación es comunicación.


Pero... ¿qué es comunicación?

La Academia de la Lengua dice que comunicar, del latín communicāre, es: "hacer a otro partícipe de lo que uno tiene", "descubrir, manifestar o hacer saber a alguien algo", "conversar, tratar con alguien de palabra o por escrito", "transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor", "extenderse, propagarse".

Es obvio que sin señales no hay la menor posibilidad; en cuanto al código es matizable: en tanto exista un emisor que quiere manifestarse, aun sin objetivo consciente, también puede hacerlo.

Por otro lado tengo que sin emisor no hay señales que valgan; y en cuanto al receptor cada vez tengo más serias dudas, porque…¿hasta qué punto es imprescindible que exista un receptor? Puedo considerar un receptor teórico con el que deseo comunicarme, con el que me comunico de hecho, aunque no sepa de su existencia.

¿Por qué? ¿Para qué?
En algún momento tal vez me lo pregunte. ¿Y qué me diré...?

Drae contesta que por el hecho mismo de descubrir, de manifestar o hacer saber a alguien algo; para hacer a otro partícipe de lo que uno tiene.

¿Y de dónde nacen esos deseos que llevan a la transmisión de tantas y tantas señales, de lo que uno tiene, si lo tiene, y, sobre todo, de lo que necesita? ¿Podría inspirarlos en última instancia la motivación de extenderse, de propagarse uno mismo? ¿Podría hacerlo la creatividad de marras de la que tanto se habla en mi cotidianidad?

Propagar, del latín propagāre, es: "multiplicar por generación u otra vía de reproducción", "hacer que algo se extienda o llegue a sitios distintos de aquel en que se produce", "extender, dilatar o aumentar algo", "extender el conocimiento de algo o la afición a ello".

El deseo de extender lo que uno es, o lo que uno tiene, parece tener todo el sentido en tanto somos animales sociales que no pueden vivir en completa soledad y que además precisan el intercambio para seguir viviendo. Pero para que eso sea posible, ¿no debería tener antes algo que extender; algo que al tiempo interesara a los deseos o necesidades del otro?

Es un hecho que simplemente siendo ya comunico mi ser; y aunque a nadie más en el mundo le importara el mensaje de que 'yo soy', no sería posible escapar a la "realidad" de que estoy viva, en el instante mismo en el que me doy cuenta de que lo estoy. Y aunque ser, simplemente "ser", sin adjetivos, debería bastar, lo que cuenta es que no basta...

Y no puede hacerlo de ninguna manera porque, aunque todos "somos", no sólo somos "unitos" solos, sino un Uno dividido en muchos trocitos que en lo hondo anhelan encontrarse. Puede que con unos más que con otros cuando hay más límites de los necesarios, quizá por miedo a ser menos de lo que ya de todos modos somos, lo creamos o no.

No, a mí no me basta con ser yo simplemente... Y prefiero que así sea, porque pienso que en este barco terrestre, o simplemente 'ser' nos basta a todos, o de un modo completo y absoluto no le bastará a nadie.

El anhelo de encontrarse, en lo hondo... Las vidas solitarias, en la superficie... En medio, la barrera de no querer mirarse...

Por muy solitarias que algunas vidas se hayan vuelto es bastante probable que todo lo que les llevó ahí, no fuera elegido conscientemente. O si lo fue de alguna manera, en algún punto se le escapó la mano. Quizá en los pruritos de su personalidad pasados de vueltas...

A veces se hace necesario nadar contra corriente, porque uno no tiene que ir donde no siente que deba, pero el precio a menudo resulta alto: te quedas muy aislado, y eso no es bueno para la vida. En ese caso para la vida mental, que es la que proyecta mil historias que refuerzan el estado en el que precisamente no se quiere estar.

Y a veces me digo que tengo que relacionarme más, en tanto yo misma considero que relación es comunicación. Pero... aunque ya no espere gran cosa, más que sentirme en paz conmigo por ver si contagio algo de ella a los que se fríen en sus conflictos; aunque no espere, decía, lo cierto es que vuelvo a mi soledad como vuelve el guerrero a su palacio a dencansar, de tanto como me agota la inconsciencia; sobre todo la mía por lo que aún no entiendo y me hastía poniendo a prueba mi confianza y volviéndola impaciencia.

Puede que todo esto sólo sea una secuela mal gestionada, fruto de la neurosis que produce tener que lidiar con el sentimiento de profunda soledad, que, paradoja, aún se acentúa más con la presencia de los congéneres.

¿Por qué digo mal gestionada? Porque ante la inmensidad del Universo, sea enfocado en lo pequeño o en lo grande, como ilustraba un vídeo que colgué unas entradas más abajo, y aun en la consciencia de no ser una célula de las más brillantes y creativas, es un hecho que célula sigo siendo, y que al margen de patrañas egotistas, me debo a la entidad mayor de la que formo parte, sin la cual no soy nada más allá de una célula muerta. Sin embargo, cuando profundizo en esa soledad apuntada, noto que pervive el sentido de derrota de mi pequeñez. De una pequeñez hecha de trocitos de las soledades de otros. Trocitos solitarios que no logran comunicar entre sí lo que en verdad son.

La libertad de ser sin atributos pesa mucho al principio, en tanto te despojas de la esclavitud de demostrar que eres algo concreto; o más aún de la de no serlo, que esa es otra que viste y calza…

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Imagen tomada de Internet.

24 ago 2010

Para que no se me olvide...

Dedicado a quien ha perdido la esperanza de todo cambio, porque vive en el error de ignorar que lo único que no cambia es el cambio, y que por tanto, sea o no consciente de su participación en él,  no cabe ninguna duda de que cambio será de todas formas.

Tómale una foto a tu futuro


En la película “La Máquina del Tiempo”, Alexander Hartdegen inventa ese curioso medio de transporte para viajar en el tiempo y así evitar que asesinen a Emma, su prometida. Para su sorpresa, todas las veces que viajó al pasado la joven mujer siempre corría con suerte trágica. El mismo protagonista expresó: “Podría venir cien veces del futuro… que la vería morir de cien formas distintas”.

Ni siquiera la ciencia mágica de una máquina del tiempo puede cambiar el pasado. Los normales tendemos a utilizar eventos del pasado como excusa para seguir obstruyendo los sueños que podrían encender la pasión de nuestra alma.

Esos eventos que tratamos de borrar del álbum de nuestras vidas, como si negándolos nos fuéramos a redimir de haberlos sustituido por lo que más amamos. Esos eventos…

Una tormentosa infancia.
Una pérdida dolorosa e inesperada.
Un accidente que te privó de alguna función vital del cuerpo.
Una relación conflictiva y enfermiza.
Un paso en falso en tu carrera.
Un trauma familiar de esos que nos recuerdan que la vida “no es justa” (¿acaso para alguien lo es?).
Esas preguntas sin responder que una y otra vez nos visitan.
Un proyecto de grandes expectativas pero de ruines consecuencias.
Una enfermedad crónica.
Una persona que nunca debió haber aparecido en tu vida y de la que no aprendimos la lección valiosa que nos traía.
Un error de “la matrix”.

Y tú mismo le puedes seguir poniendo nombres a esos eventos inesperados que sacan el más maravilloso potencial de nuestra capacidad creativa.

Despojarse de la carga de algo que ocurrió en nuestro pasado, es el principio de la transformación del futuro.

Esta es la pincelada de inspiración que quiero transmitir: Emprende un viaje virtual… tómale una fotografía a tu futuro, a ese futuro que te va a poner una sonrisa eterna, y carga esa fotografía a diario, para que el presente se apresure a convertir la foto en realidad.

Esa foto tiene que ser algo tangible que irremediablemente te recuerde, te presione, te acose, te extorsione, te persiga y te obligue todos los días a dar un paso más cerca de tu gran sueño.

Si se relaciona con las artes, un pincel o un Van Gogh en tu llavero.
Si es un viaje a algún país, algo que te evoque ese país.
Si tiene que ver con una o más personas, un objeto que te las recuerde.
Si es un proyecto personal, un ícono de ese proyecto que te lo haga tener presente.
Si es una creación tuya cualquiera, un retazo de esa creación que te identifique.

Y esa foto será el principal medio de presión que te recuerde todos los días por qué estás aquí, a qué viniste y a cuántos cientos de personas podrías alumbrar con tu sello único.

¿Listo para viajar en el tiempo?


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Copiado con permiso de sus autores, cuya labor de consciencia me reconforta sobremanera.
http://despertardelosnormales.blogspot.com/2010/08/tomale-una-foto-tu-futuro.html


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A propósito de una entrada de Hermanos Cervantes II

22 ago 2010

Paz...


Amazon Rainforest Relaxation


Este podría ser un tema de la banda sonora de mi vida.
Y bien que podría tenerlo durante horas, acompañando mi clima emocional...



20 ago 2010

Poliamor.

Yves-Alexandre Thalmann:

"El poliamor es el encuentro entre el amor sentimental y el amor universal".

En Estados Unidos existen diversos grupos y asociaciones de personas poliamorosas, para defender sus derechos y promover su causa. En Europa, el movimiento está empezando a darse a conocer más recientemente y con menos fuerza. Tanto en Europa como en Estados Unidos, se da un mayor número de activistas entre las mujeres.

El amor exclusivo, por definición, no es amor. Al igual que puedes amar a muchos amigos a la vez, a todos tus hijos o a tus hermanos y hermanas, el amor sentimental puede expresarse en varias personas a la vez.

Según Yves-Alexandre Thalmann, sí, es posible amar a dos o más personas a la vez y no estar loco.

Pregunta: ¿Cuál es el origen del amor? ¿El amor sale de dentro y se proyecta fuera? ¿O se origina fuera, inspirado por alguien, y se experimenta dentro?

Yves-Alexandre Thalmann: El amor es un estado de la mente, del corazón. Crece dentro. Donde se origina, no lo sé. Probablemente dentro también.

Si es un sentimiento que nace y crece dentro, propio y personal, ¿debe proyectarse hacia todo lo que nos rodea? ¿O bien se fija en una sola cosa o persona en exclusividad?

En el amor se da una paradoja. Si te fijas, en toda clase de amor que conocemos (maternal, familiar, de amistad) nunca es exclusivo. Una madre no quiere sólo a un hijo o hija, sino a todos; en la familia, con las amistades. ¿Por qué el amor sentimental debe ser exclusivo, sólo dirigido a una persona? ¿Por qué no inclusivo, y dejar que se desarrollen otros amores, otros deseos y sentimientos, otras relaciones profundas?

Dígamelo usted. ¿Por qué no ocurre así?

Por la cultura. Las personas estamos condicionadas desde pequeñas, cuando observamos que tenemos un padre y una madre y no hay más. Nos alimentamos de esa "realidad" en los cuentos de hadas, en las películas. Nuestra cultura sólo admite las relaciones sentimentales de a dos. Lo demás es considerado como aberraciones. Pero no existe ninguna razón biológica ni social para que el amor sentimental deba ser exclusivo.

¿En qué consiste exactamente el "poliamor"?

Es una forma de amar. Hay otras formas como la pareja exclusiva, la poligamia, la poliandria, la monogamia o monoandria serial, etc. A diferencia de todas las demás, el poliamor no es restrictivo, no se atiene a normas, excepto en lo que a valores se refiere. El poliamor se basa en la igualdad de derechos, el respeto, la comunicación franca y la no posesividad.

¿Y el resto de las formas de relación amorosas no?

No. En la mayoría de las otras formas no se respeta el derecho de la otra persona a sus sentimientos y deseos por otras personas. Por eso se reprimen o bien se realizan y se ocultan, se miente, no existe comunicación sincera, se basa en la pertenencia mutua o bien (y esto ocurre en el fondo en la mayoría de los casos) en el sentido de posesión de uno o más miembros (en el caso de la poligamia) por el otro, generalmente el que ejerce el control es el hombre.

En concreto, ¿cómo se desarrollaría una relación de poliamor?

Tú mantienes una relación amorosa con una pareja, a sabiendas de que en un momento dado esa persona puede mantener otras relaciones, puntuales o no. Y no me refiero sólo sexuales, sino sentimentales y completas. Ella tiene el derecho a materializar y desarrollar otros amores que surjan en su vida, lo mismo que tú.

¿Todo es así de bonito y fácil en las relaciones poliamorosas?

Nadie ha dicho que sea fácil, tampoco el resto de las relaciones lo son. Sólo que el resto de las relaciones te mantienen atrapado en tus sentimientos de apego, posesividad, control de la otra persona, inseguridad, miedo, etc., todos ellos sentimientos humanos negativos, que te impiden crecer, pero legitimados de alguna manera por el sistema, y en el poliamor te obligan a enfrentarte a ellos, te saca del egocentrismo para obligarte a tener en cuenta los derechos de la otra persona, incluido el derecho a la felicidad y su propio crecimiento personal. Y este crecimiento personal muchas veces pasa por desarrollar otras relaciones.

¿Cuáles son los grandes retos, a la hora me mantener una relación de poliamor?

El principal reto es que hay que reinventarlo todo. En las relaciones exclusivas al uso, cada cual conoce su rol, su función, sus compromisos, y todo ello va combinado con sentimientos de renuncia, culpa, bienestar, seguridad, traición, etc. etc. En las relaciones poliamorosas han de reinventarse conceptos como la fidelidad, que ya no es puramente sexual sino de confianza en la otra persona. Son básicos conceptos como el respeto, la sinceridad, la comunicación y, por encima de todo, la igualdad de derechos. Incluso la empatía. No haces o dejas de hacer algo porque le duele a la otra persona, ni pides lo mismo de ella porque te duela a ti, sino que utilizas ese dolor (del apego, la posesividad, el control, el egocentrismo) para crecer, juntos. Por encima de todo piensas en la libertad, la felicidad y los derechos de la otra persona, que son los mismos que quieres para ti. Por eso cuidas y alimentas tu amor por ella.

Antes hablabas de la infancia, cuando se nos inculca la pareja exclusiva como única forma de relación sentimental. Hablemos de los hijos, ¿cómo viven esta experiencia? ¿No son ellos precisamente los más críticos y exigentes, cuando ven que su madre y su padre son una pareja abierta al poliamor?

En teoría y de forma natural, a la criatura lo que le importa es que haya amor, que su madre y su padre estén enamorados. Pero es cierto que las costumbres culturales hacen una gran presión aquí, sobre todo al llegar a la adolescencia, que es una etapa en que todo lo ven de forma radical como blanco o negro. ¿Qué hacer entonces? Nada. Esperar a que se hagan mayores. Las cosas son como son y forma parte de su crecimiento el que lo acepten.

Además de psicólogo, eres profesor de instituto. ¿Cómo reaccionan tus alumnas y alumnos ante este tema?

La mayoría lo rechazan de plano. Es una edad en la que se barajan muchas inseguridades y la posibilidad de una pareja abierta, en la que la otra persona pueda enamorarse también de otras personas resulta amenazadora. Cuando hablo del tema en alguna conferencia, ya sea ante menores o mayores de edad, de cada 10 personas, 8 se niegan siquiera a pensar sobre ello; una puede escuchar con atención, incluso leer el libro, planteárselo en pareja y hasta descubrir conceptos nuevos y retos para desarrollar un amor más profundo y libre. Y tal vez sólo una persona lo entiende, conecta, se identifica y empieza a sentir "no estoy sola", "lo que siento no es una perversión ni una enfermedad". Mi libro está dirigido especialmente a todas esas personas que se sienten culpables, se ocultan y se ven obligadas a vivir sus sentimientos como si estuvieran dentro del armario.

Dado que es tan difícil vivir el poliamor, ¿puede ocurrir que tiendas a disfrazar el amor que sientes por otras personas para no poner en peligro tu pareja, identificándolas como simples relaciones de amistad?

Continuamente. En una cultura donde la moral imperante sólo acepta la pareja exclusiva, ante nuevas atracciones amorosas sólo te queda o bien mantener relaciones clandestinas (donde intervienen la mentira, la falta de respeto y multitud de formas de culpabilidad, castigo y autocastigo) o renunciar a ellas, o bien disfrazar el amor como simple amistad. Pero eso tampoco es tan importante para una persona poliamorosa, para la cual el sexo no es lo fundamental. Mientras que en el resto de relaciones (exclusivas, polígamas o poliandrias, de intercambio, etc.) el sexo es crucial, en el poliamor lo que es crucial es la relación completa, la conexión emocional, los sentimientos, etc. Si hay sexo, bien; si no lo hay, qué vamos a hacerle. Eso no destruye tus sentimientos.

¿Por qué crees que se ha mantenido durante tanto tiempo y en tantas culturas a la vez la relación de pareja exclusiva?

No en tantas. Si estudiamos detenidamente las poblaciones y las culturas, vemos que la pareja exclusiva no es mayoría en el mundo. Pero sí es cierto que la sociedad patriarcal ha dado ventajas siempre al hombre, tanto en las relaciones monogámicas como en la poligámicas, incluso en las poliandrias. El hombre en una relación poligámica es el amo; en una relación poliandria (en la India, por ejemplo) la mujer no es la ama, es la esclava sexual de toda la familia masculina (los hermanos, el padre, etc.). La pareja monogámica exclusiva se plantea en realidad como una defensa y protección de la mujer, que aún sigue siendo considerada como una propiedad del varón. Pero no es casualidad que este tipo de relación haya dado lugar a fenómenos como la prostitución, el adulterio, etc., que han permitido al hombre mantener la pareja monogámica sin coartar sus deseos naturales.

¿De sexo alternativo?

Ese es el problema: que transgredir la supuesta moral les hace justificarlo con argumentos como que es sólo sexo, no hay implicación sentimental, etc. Con lo cual se está dando lugar a la explotación de otros seres humanos. Aparte de las mentiras, la doble moral y todos los problemas que acaba generando en la relación.

¿La alternativa es el poliamor?

El movimiento que reivindica el poliamor no intenta imponerlo ni hacer adeptos. Se trata de respetar la opción personal de cada cual. Quien opte por la pareja exclusiva, bien, pero quien tome otras opciones, como la del poliamor, bien también. Dejando claro que no se trata de un mero deseo de mantener muchas relaciones sexuales.

El poliamor es una mente abierta a amar de forma completa a varias personas a la vez, sentimental y físicamente No es sólo sexo y puede ocurrir que, por diversas circunstancias, el sexo esté ausente de la relación.

Ser una persona poliamorosa consiste en:


- Abrirse al amor y responder favorablemente cuando se presente.
- Trabajar continuamente sobre los celos y la posesividad.
- Establecer las relaciones amorosas con sumo respeto y cuidarlas.
- Esforzarse en comunicarse de forma clara y auténtica con sus parejas, renunciar a las mentiras y la manipulación.
- Renunciar a desear controlar a la otra persona.
- Cultivar un espíritu de gratitud por lo que se recibe sin exigencias a sus parejas.
- Aceptar que tendrá que enfrentarse a la incomprensión, la desaprobación y el rechazo de otras personas, mientras que en tu cultura prevalezca la pareja exclusiva.

Los retos del poliamor.

La práctica del poliamor responsable no es compatible con la búsqueda de lo fácil. Los retos de este tipo de relación incluyen:

Respecto a la otra persona.

- Darte cuenta de que tu pareja se ha enamorado de otra persona y ver brillar sus ojos cuando te habla de ella.
- Comprender y escuchar a tu pareja cuando elogia los méritos y cualidades de su nuevo amor.
- Ver cómo tu pareja se va a pasar un fin de semana de enamorados mientras tú te quedas en casa a cuidar de los hijos.
- Consolar a tu pareja cuando vive un periodo sentimental más delicado, incluso un amor no correspondido o una crisis de relación con otra persona.

En tu experiencia personal.

- Elegir con quién vas a salir en un momento dado.
- Hacer frente al sufrimiento de alguien que te confiesa su amor, pero está con otra pareja exclusiva.
- Renunciar al amor porque las personas amadas no quieren o no pueden entender la posibilidad del poliamor.
- Tomar conciencia de que a pesar del amor recíproco, nunca podréis hacer vida en común.
- Ser objeto de críticas, desprecio, o que te consideren socialmente como una persona pervertida, amoral, enferma, etc.
- En definitiva, no poder vivir abierta y socialmente el poliamor, o bien afrontar tantas dificultades sociales para hacerlo.



El autor.
Yves-Alexandre Thalmann es psicólogo, profesor y especialista en desarrollo personal. Actualmente ejerce como formador, conferenciante y consultor en relaciones humanas en Suiza. Es autor de diez libros y un declarado poliamoroso.

El libro.
La virtudes del poliamor.
La magia de los amores múltiples.
Plataforma Actual.
122 págs.

La sociedad actual parece muy tolerante con las diferentes formas de amor y de sexualidad, de manera que las diversas orientaciones y prácticas sexuales se muestran públicamente. Sin embargo, subsiste el último tabú: el amor debe ser exclusivo y la pareja es su única manifestación y el matrimonio su único reconocimiento legal. Pero este modelo monógamo está en crisis: los divorcios son cada vez más frecuentes, las familias recompuestas están al orden del día, sin hablar de infidelidades, engaños y traiciones que socavan la solidez de la pareja y que no aparecen en las estadísticas. ¿Y si el problema residiera precisamente en la creencia de que el amor sólo se puede jugar a dos?¿Y si la exclusividad amorosa, que la mayoría tenemos como un ideal, estuviera en el origen de la posesividad y los celos?¿Y si el compromiso con una sola pareja tuviera en su seno el germen de la insatisfacción, el enojo y la violencia? Ésta es la audaz tesis que plantea el autor, desmontando numerosas ideas preconcebidas sobre las relaciones amorosas. Y, sobre todo, muestra que el respeto y la confianza pueden surgir de los amores múltiples y asumidos.

18 ago 2010

Otros lo dicen, y yo...

...escojo creerlo. Simplemente. Pero estoy atenta, soy consciente y escucho la voz de mi maestro interior, que siempre soy yo misma.





Zarzal: "No sé cómo habrán sido tus relaciones amorosas, y si mantendrás alguna en este momento, pero por tus palabras, por lo claro que tienes las cosas, me da la impresión de que debes vivir el amor de una manera muy diferente a la mía, ni mejor ni peor, y que el dolor o el sufrimiento no te han tocado, pues pareces saber muy bien cómo deshacerte de ellos. Diríase que tienes todas las claves para ser feliz en pareja.

Dolor y sufrimiento me han tocado, de muerte sin duda; mas no deseo deshacerme de ellos, sino penetrarlos, comprenderlos, amarlos y trascenderlos. Y en el ínterin, enseñando voy lo que aprender quiero.

Tengo claves, mas todas no creo. Si todas fueran ya, con o sin pareja, sería simplemente feliz. PazzaP.

Zarzal: Sacando un tema del que no hemos hablado con anterioridad, me gustaría que me dijeras si sabes qué es la pasión, y si alguna vez te has dejado llevar por ella.
Y también si alguna vez has prácticado el sexo tántrico.


Me alegro de que te guste el chocolate, así ya puedo dejar de pensar que eres una extraterrestre, jeje. No te lo tomes a mal, ¿eh?

Sí, a lo primero. Sí, a lo segundo. No, a lo tercero.
Si soy o no extraterrestre, no tengo idea.
Tampoco importa, mientras la comunicación funcione. PazzaP

Y ahora, estimado contertulio, te dejo con ellos, pues yo, salvo lo que te suene a ti, no digo nada nuevo.

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deseo s. m.
1 Sentimiento intenso que tiene una persona por conseguir una cosa.
2 Cosa que origina en una persona un sentimiento intenso por conseguirla.
3 Ganas de tener relaciones sexuales con una persona.
Diccionario Manual de la Lengua Española Vox. © 2007 Larousse Editorial, S.L.

deseo
m. Acción de desear.
Cosa deseada.
Coger a deseo una cosa. Lograr lo que se deseaba.
Venir uno en deseo de una cosa. Desearla.
psicol. Tendencia a la posesión de un objeto o a la ejecución de un hecho que se manifiesta en la esfera consciente de la personalidad.
Diccionario Enciclopédica Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

deseo
s m deseo [de'seo]
1 intensa necesidad de algo
el deseo de un hogar propio
2 atracción sexual
arder en deseos por una mujer
Copyright © 2009 K Dictionaries Ltd.

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En su libro El alma está en el cerebro, Eduard Punset afirma:

El deseo nos saca de nosotros mismos, nos desubica, nos dispara y proyecta, nos vuelve excesivos, hace que vivamos en la improvisación, el desorden y el capricho, máximas expresiones de la libertad llevada al paroxismo. El deseo reivindica la vida, el placer, la autorrealización, la libertad.
Unos planifican su vida, mientras que otros la viven al ritmo que les marca el deseo. El deseo de vivir y de hacerlo a su manera. Por eso sus autobiografías son más descriptivas que explicativas, pues sus vidas no tanto se deben a los resultados u objetivos cumplidos, sino al sentido inherente al mismo proceso de vivir. Y este proceso, de uno u otro modo, lo establece siempre el deseo.
Si bien el deseo rebosa incertidumbre acerca del itinerario, a muchas personas les garantiza la seguridad en cuanto a los pasos dados. Bien entendido el deseo no es una voz oscura, confusa y estúpida, sino que - en una persona madura - es luminosa, clara e inteligente. Las emociones están en la base de los deseos y de la inteligencia se dice que es emocional. Visto de este modo, el deseo se convierte en el portavoz de uno mismo.
De la Wikipedia.

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El deseo

¿Qué es el deseo? ¿Una pulsión que nos inclina irremediablemente hacia un objetivo irracional, o quizá una necesidad interna elegida deliberadamente negociación racional mediante? Para algunos, el deseo es la causa del sufrimiento mismo y su aniquilación, el secreto de la felicidad. Para otros, el deseo da sentido a la vida y es móvil de inspiración y productividad. Efectivamente, las apreciaciones varían sutilmente a veces y terminantemente otras tantas. Recorreremos brevemente estas diferentes ideas, siguiendo entre otras fuentes, el diccionario de filosofía de José Ferrater Mora, las diferentes posiciones filosóficas relativas al concepto de deseo.

El deseo en el mundo antiguo
Si nos remontamos a Aristóteles, el deseo es uno de los componentes del apetito y no sería necesariamente irracional, sino que por el contrario, podría ser un acto premeditado, que tiene como objeto algo sobre lo que se ha de decidir. En este sentido, aquello que es llamado “elección” o “preferencia” sería un “deseo deliberado”.

Pero Platón, hace un análisis muy diferente: en primer lugar, plantea un contraste entre deseo y razón, aunque en rigor, admite la existencia de diferentes tipos de deseos, los necesarios y los innecesarios e incluso considera la posibilidad de que el deseo pertenezca exclusivamente a la naturaleza del alma. Así, es frecuente en la filosofía de la antigüedad, considerar al deseo como una pasión del alma. En efecto, cuando se acentuaba el carácter racional del alma, esto podía considerarse como un obstáculo para el predominio de la razón, aunque de todas formas, el término “pasión” no debería necesariamente entenderse en aquel contexto de modo exclusivamente despectivo (por ejemplo, Zenón de Citio hablaba del deseo como de una de las cuatro “pasiones” -las otras tres eran el temor, el dolor y el placer-)

El deseo en tiempos medievales

Para Tomás de Aquino, el deseo no es tan solo un apetito sensitivo. Para este filósofo medieval, el deseo puede ser sensible o racional y expresa la aspiración por algo que no se posee. Sin embargo, Tomás diferenciará entre el deseo y el amor o delectación. En efecto, el deseo puede ser bueno o malo, pero esto dependerá del objeto hacia el cuál éste se enfoca.

El deseo en la modernidad
Ya en tiempos modernos, el deseo suele aparecer bajo el concepto de “pasión del alma” y en un sentido bastante amplio aparece el interés psicológico por el término. Descartes lo verá como una agitación del alma causada por los espíritus que la disponen a querer para el porvenir de las cosas que se representa como convenientes para ella. Y del mismo modo, para Locke, el deseo es la ansiedad que surge acomo consecuencia de la ausencia de algo cuyo goce presente comprende la idea de deleite. Para Spinoza, el deseo es simplemente el apetito acompañado por la conciencia de sí mismo.

Luego, según Hegel, la conciencia de sí mismo es el estado de deseo en general, porque la condición de deseo y de trabajo o esfuerzo aparece en el proceso en que la conciencia vuelve a sí misma en el curso de sus transformaciones como conciencia infeliz.

Pero para Sartre el deseo no es pura subjetividad aunque tampoco pura apetencia. En efecto, la intencionalidad del deseo no se agota en el “hacia algo” sino que simultáneamente es algo para sí mismo y para el otro deseado. En este sentido general y especialmente en el caso del deseo sexual, para Sarte, el deseo tiene un ideal imposible porque aspira a poseer la trascendencia del otro como pura trascendencia y como cuerpo aspirando reducir al otro a su “simple facticidad” y a la vez, pretende que esa felicidad sea una perpetua representación de su trascendencia anonadora.

El deseo como pulsión de vida

Desde el punto de vista psicoanalítico, el deseo podría interpretarse como la pulsión de vida (Eros), la cual tiende a la creatvidad. Esta fuerza inspiradora se contrapone con la pulsión de muerte. En este sentido, existe una suerte de equilibrio entre ambas pulsiones. La angustia de muerte podría originarse en el temor de no poder satisfascer el deseo, lo cual nos define como sujetos finitos. Y esta finitud se manifiesta en una pulsión interna autodestructiva cuyas vicisitudes dependen del otro par pulsional.

El deseo en la filosofía oriental

En el contexto del budismo, el deseo es considerado la causa de todo sufrimiento. De hecho, las cuatro verdades nobles definen a la vida como sufrimiento (Dukkha) y al deseo como la causa de esta realidad (Samudaya). Lo que sigue es que para eliminar el sufrimiento es necesario eliminar el deseo (Nirodha) lo cual abre las puertas de la iluminación para quien estuviera dispuesto a seguir un camino espiritual (Magga). Esta mirada negativa del deseo se contrapone con la perspectiva positiva que sobrevuela de un modo u otro a las diferentes concepciones occidentales. Mientras que para occidente, aun con particulares matices, el deseo aparece siempre como un motor movilizador, para el budismo, el deseo simplemente paraliza e impide el progreso espiritual.

http://filosofia.idoneos.com/index.php/Problemas_filosoficos/El_deseo

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El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece al satisfacerse. El amor en cambio, es un eterno insatisfecho.
José Ortega Y Gasset


La vida no es significado; la vida es deseo.
Charles Chaplin


Así como la desgracia hace discurrir más, la felicidad quita todo deseo de análisis; por eso es doblemente deseable.
Pío Baroja


Gracias por darme esa seguridad que necesito, esa tranquilidad que anelaba de manera estable y que me fortalece...
Esa ternura y cariño que aportan tus mimos, besos y abrazos!
Gracias en definitiva por existir, por regalarme estos momentos tan sumamente lindos que me estas regalando, y que hacen que me sienta la persona mas afortunada de esta vida!
Gracias y más gracias, gracias por todo.
Ojala supiera la formula exacta para que me quisieras toda la vida, porque sin dudarlo dos veces, la aplicaria dia a dia.
Jamás voy a fallarte...
Te adoro! Te necesito! Te quiero!
Javi13


Los seres dotados de inteligencia desean existir siempre y un deseo natural no puede existir en vano.
Santo Tomás De Aquino


Deja que en el hondor de los minutos, se asfixien las palabras y arda sólo el deseo.
Laura Victoria


Los deseos se tienen, no se piden. Lo que se pide es el objeto del deseo.
Francisco Umbral


Ten paciencia corazón, que es mejor, a lo que veo deseo sin posesión que posesión sin deseo.
Ramakrsina


Todo lo que es hermoso tiene su instante y pasa.
Luis Buñuel


Inquieto en tus ojos vive el deseo, no hay ningún apuro, con calma te espero.
Soraya


Nunca podrás tenerme sin abrir tu deseo sobre la desnudez que sella lo inefable, ni encontrarás mis labios mientras algo concreto enraíce tu amor.
Ernestina De Champourcín


Me gustas como el carajo. Te deseo como el carajo. No me importa el resto del mundo.
Elis Regina


La vida es un pañuelo, es un hermoso juego, es un instante de pólvora y colores y nada más.
Luis Alfredo Arango


Gran recomendación tiene un rostro hermoso.
Séneca


Un deseo profundo vive en mí: ser un día el rostro de una sombra sin imagen alguna, y sin historia. Ser solamente el eco de un canto apenas acorde que señala a sus hermanos. La libertad del espíritu.
Atahualpa Yupanqui


Deseo partir Peinada de luna Bajo el cielo errante.
Tagami Kikusha


El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.
Epicteto de Frigia


¡Oh que aprisa piensa un vehemente deseo que no hay más que lo que piensa!
Pedro Calderón de la Barca


Si un hermoso cuerpo no tiene una hermosa alma, parece mas bien un ídolo que un cuerpo humano.
Pearl S Buck


El deseo de parecer listo impide el llegar a serlo.
François de la Rochefoucauld


¿Quién osó luchar con los dioses, y quién con el Único? Es hermoso ser un discípulo de Homero, aunque sea el último.
Johann Wolfgang Goethe


El deseo es fósforo: ruido químico.
Dylan Thomas


El hombre llora; este es su más hermoso privilegio.
Delille


¡Cómo pinta el deseo los colores del iris en las nieblas de la vida!
Rabindranath Tagore


No es suficiente que un hombre tenga el deseo de matar para que la muerte se transforme en un valor.
Publio Siro


Sólo hay una fuerza motriz: el deseo.
Aristóteles


Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama.
Miguel de Cervantes Saavedra


El deseo intenso crea no sólo sus propias oportunidades sino además sus propios talentos.
Eric Hoffer


Te supe a media voz con un deseo mágico rozándonos tobillos los secretos más profundos del pecado.
Sara De Ibáñez


Disminuye el deseo de todas las cosas cuando la ocasión es demasiado fácil.
Cayo Plinio El joven


Los objetos de nuestro deseo pueden ser dolorosos. La gente adora detestar a quienes ama.
Paolo Mantegazza


NUNCA CONFUNDAS EL DESEO CON EL AMOR PUEDE Q ALGUIEN T GUSTE Y CONSIGAS LO Q BUSCAS PERO SI FINGES AMOR PUEDES ROBARLE A ALGUIEN EL CORAZON PARA CUANDO QUIERA SER FELIZ DE NUEVO YA NO TENDRA LA MISMA ILUSION…
Alessandro Mazariegos


Mi único deseo es conocer el mundo y las comedias que en él se representan!
René Descartes


Lo más hermoso es el mundo, porque es obra de Dios.
Tales De Mileto



(Olvidé tomar la página de la que salieron todas, pero si pones deseo en el Tom Tom de Google, llegas.)

I wish.

Imagen tomada de Internet

El deseo es un motor de complicado manejo; por eso el Budismo aconseja no desear para ahorrarnos sufrimiento.


Un deseo se vuelve egoísta cuando implica que el otro ha de darme sin querer, aquello que sólo yo pretendo.


Un deseo se vuelve sufrimiento cuando, aún resignado ante el hecho de que el otro no me lo dará, todavía me alimenta la ilusión de obtenerlo.


Manejar el deseo se torna difícil cuando hay apego afectivo; pues aunque es cierto que el deseo me mueve, también lo es que el apego me frena en el intento de cristalizarlo.


Si la vida es cambio a perpetuidad, cristalizar un deseo implica más derroche de energía que la necesaria para soltarlo.


¿Por qué no lo suelto entonces? Porque permanece imantado por el agujero negro de mi afectividad herida; y lo hace con una fuerza tal, que más parece una extensión propia que una elección consciente.


Cuanto mayor sea el desafecto que me profeso, más fuerte se hará el apego.
Cuanto más fuerte sea el apego, tanto más difícil pilotar el deseo, en tanto se vive ignorando lo abocado que está, a dejar de ser "ese deseo".

17 ago 2010

Masculino y Femenino: géneros y energías.

En una entrada de Zarzal, en la que él mismo fue testigo de un curioso equívoco, aprovechó para deslizar una duda existencial sobre la inteligencia masculina.

Alguien en el metro hablaba con un amigo en voz muy alta y de un modo ambiguo. Dado que el núcleo de la historia aparecía velado, cualquiera que supiera leer entre líneas concluiría que en efecto aquel material apuntaba a lo sexual con un toque controvertido y picante. Circulan  historias similares por Internet, en las que cuando la tensión por lo insólito de la confidencia cacareada llega al culmen, la incógnita resuelta corrobora sin fisuras el paralelismo con algo tan absurdo como un simple mosquito que pica, un catarro que anida en un cuerpo, o, como en este caso, la "actitud" de una máquina tragaperras que nos "ludopatiza". Para ampliar el quid de este diálogo, merece leerse el texto.

Zarzal plantea su duda al final de su exposición: Y esa es la anécdota. Da que pensar ¿no? A mí por lo menos, me surgió una gran duda: ¿nos estamos volviendo gilipollas los hombres? No sé, pregunto.

Le salió al encuentro Elvis que, paradójicamente, negaba y confirmaba a un tiempo: Rotundamente no, no nos estamos volviendo gilipollas..., más que nada porque ya lo éramos hace tiempo. Pero sí es cierto que tendemos a tener la mirada, el oído y el resto de sentidos demasiado sucios. Incluso el sentido común. Pero bueno, prefiero ser un cachondo mental, que vivir en el más oscuro de los celibatos...

Zarzal concuerda con Elvis, matizando su debilidad por las mujeres: Pues sí, aunque el sentido común, más que sucio, lo tengo desorientado, porque las mujeres llegan a marearme tanto, que a veces no sé ni dónde tengo la cabeza. Eso sí, la mirada la tengo tan sucia, que no puedo ni entrar en una frutería. Apenas veo los melones (sobre todo esos tan redondos), las peras, los melocotones, los pomelos, las naranjas... me pongo cardiaco. Pero es normal, las mujeres son cada vez más guapas y atractivas (tanto exterior como interiormente). Es difícil que uno se pueda resistir a tanta belleza.

A lo que Elvis, influido por lo práctico, hace una llamada a la calma: Y quien no está desorientado con las mujeres..., si fueran microondas al menos traerían manual en uzbeko..., pero no hay que preocuparse, en el fondo a ellas las pasa lo mismo cuando ven un platano o un pepino, lo que pasa es que ellas no lo reconocen. Ahí si que no quieren saber nada de la igualdad y todo eso, siguen diciendo que son diferentes, pero a mi no me engañan...

Y es entonces cuando Zarzal se siente impelido por su propia fantasía: Pues microondas no son, pero a mí a veces me queman sin que haya fuego de por medio. Imagínate que pudiéramos leer sus pensamientos (como en aquella peli de Helen Hunt y Mel Gibson), ¡más de un susto nos íbamos a llevar! Si algún día se desmelenan del todo, a los hombres nos van a tener que poner en la lista de especies en peligro de extinción, jeje.

En esas me presento yo, sonrisa en ristre, aportando ideas varias (algo modificadas aquí para evitar repetirme) con la que estimular la conciencia; y que, por abstrusas, a la postre sólo representaron un mero alarde de pedantería: La Naturaleza programa lo masculino del Ser con un potente impulso sexual; por eso, cuando no estáis deprimidos por la razón que sea, os funciona constantemente; si bien está salpicado de otros muchos impulsos (a veces en conflicto) inspirados por esa masculinidad: acción, búsqueda, razón, lógica, en su sentido más puro, si bien aplicado de la manera más diversa; y también por la feminidad cuando no os la escondéis: intuición, comunicación, creatividad, sobre todo.

Y claro que a la mujer también le gusta, y le pasa lo mismo o similar en todo lo que apunta Elvis sobre el deseo, pero no así tan puro, porque nuestra feminidad predomina, como en vosotros la masculinidad. Sólo hay que reconocer que somos duales, que lo femenino (yin) y masculino (yang) son energías presentes en todos los seres, y que se trata de que cada uno equilibre en sí mismo ambas, para cultivar buenas combinaciones en la interacción entre hombres y mujeres.


La energía sexual es expresión radiante del grado de vitalidad personal. A veces deviene en patológica, por exceso o por defecto de alguno de los polos yin o yang que nos energizan. Pero es ¡sólo! porque no nos entendemos, ni a nosotros ni a los otros, en un par de cosas importantes, en tanto estamos en estadios nuevos de consciencia a muchos niveles, y el sexual no podía ser menos. Cuando la reproducción era necesaria, el sexo se concebía de otro modo. Ahora, no siéndolo tanto (muchos somos y difícil se nos hace organizarnos), podemos dedicarnos a otras cuestiones con esa energía que pulsa abajo, pero que ha de extenderse en todas direcciones. Recordando que, sin equilibrio, lo que tenemos es lo que hay. Pero podemos organizarnos soltando algunos lastres...

Entonces Zarzal, sus razones tendrá, escoge centrarse en la metáfora de la bicefalia masculina para exponer su teoría; obviando la dualidad y descartando al tiempo uno de sus cerebros (admite dos cabezas, mas no dos cerebros); el mismo cerebro que, curiosamente, sólo ve representado como deseo en el sexo opuesto; el mismo que le ayudaría a entenderse a sí mismo y al tiempo a nosotras, sus más ‘gratos’ motivos de desvele: Como bien dices, tenemos dos cabezas, lo cual no sería problema si tuviéramos sangre suficiente para que las dos funcionaran correctamente al mismo tiempo. Seguro que alguien debe haber hecho un estudio sobre el tema en cuestión, jeje. Eso sí, tener sólo tenemos un cerebro, aunque a veces a las mujeres os parezca que ni eso. Así que no es que pensemos con la de abajo, es que la de arriba se desactiva, o pierde parte de su capacidad.

Ya en terrenos de la dualidad emocional, prosigue con el elogio-desprecio de la naturaleza, sobre la que derrama su ira al creerla responsable de ciertos efectos irracionales que, lo sepa él o no, sólo son achacables a la humana condición, que a menudo olvida que tiene responsabilidades que no asume en aquello que hace, y que se ignoran por inconsciencia o incluso aposta: He de admitir que la naturaleza es muy sabia, pero también una hijadesumadre en que según qué cosas. Por ejemplo el instinto de reproducción al que haces referencia, y del que somos esclavos en mayor o menor medida. La naturaleza no entiende que son muchos los métodos anticonceptivos a nuestro alcance, para ella siempre habrá una oportunidad, así que seguirá martirizándonos sí o sí. Si estuviérais en nuestro lugar entenderíais que no es nada agradable que ese "potente impulso sexual", como dices, funcione constantemente. (Claro que es difícil. Como tantas otras cosas lo son en la vida… Pero aquí estamos, sabiendo que la consciencia es la única que puede enseñarnos a establecer y compartir las relaciones de otro modo…)

Más tarde y ya para acabar, toca el cliché inveterado del desencuentro fatal en el lugar común: Otra cosa que me hace gracia es que cuando se trata del hombre se habla de sexo, una necesidad meramente fisiológica según lo entiendo yo, y en cambio con la mujer ya pasa a ser amor, donde ya entran en juego los sentimientos. Quizá sea hora de que empecéis a plantearos muy seriamente que no todos los hombres actuamos como monos. Que seamos una minoría no significa que no existamos. Pero claro, con tanto capullo suelto por ahí... (sí, supongo que capullo es la palabra que mejor define a los que piensan con la polla).

A lo del detalle simiesco le replico amigable: Tienes razón en lo que dices; precisamente porque tengo en cuenta que no todos los hombres actúan como monos; lo cual me produce una alegría indescriptible.
Y terciando a favor de la causa: De todos modos, la necesidad fisiológica está en hombres y mujeres. Y es cierto que hay mucha confusión en lo que se interpreta de unos y de otros a tenor de esas cuestiones.
Hago luego un guiño sobre el término ‘amor’, tan manido como malinterpretado en su concepto, que ha deslizado entre sus líneas: También la hay, y bastante grave en el origen, en lo que suele llamarse amor, y que no es sino los estragos que hace su ausencia y la extendida necesidad de él.

De nuevo aparece Elvis reafirmándose en la igualdad, aunque con lo del amor se hace un poco de lío: Sobre lo discutido en esta entrada, pienso que en general, tanto hombres como mujeres tenemos las mismas necesidades tanto sexuales como afectivas, pero... Mientras que la mayoría de los hombres utilizan el sexo para llegar al amor, las mujeres suelen hacer todo lo contrario, utilizan el amor para llegar al sexo. Es decir, el hombre inicia, o mejor dicho, intenta inicar una relacción afectiva mediante una relacción sexual, mientras que la mujer por norma general, suele iniciarlo a través del amor para llegar finalmente al sexo. Son dos pensamientos comunes entre ambos, pero dos maneras diferentes de materializarlo, lo cual hace que parezca que no existe el mismo interes sexual, pero nada más lejos de la realidad. Ambos somos animales y ambos lo llevamos en nuestra naturaleza.

Para terciar luego en las diferencias, que a la postre nos conectan de todos modos: Quizás también influya en el pensamiento de que somos diferentes, la manera que tenemos de expresarnos. Un hombre siempre tiene que llevar su virilidad por bandera y hacer gala de ella, aunque sólo sea de boquilla, por eso siempre se hará más de notar su interés por el sexo. Las mujeres suelen ser más discretas sobre sus deseos carnales, lo cual a veces puede dar a entender que tales deseos no existen.

Y concluyendo a favor del género con un atenuante hormonal, pero ignorando una vez más la dualidad de su cerebro: Pero como dice Zarzal, nuestro único cerebro se nubla con mucha facilidad, el exceso de testosterona hace que se nos vaya el santo al muslo a las primeras de cambio. Además el hombre se excita inicialmente con la vista y la mujer con el tacto, lo cual hace más rápida nuestra reacción porque todo, o casi todo está al alcance de la vista, pero el tacto... eso suele tardar más en llegar...






En cuanto a la sexualidad como necesidad fisiológica, es obvio que hombres y mujeres tienen matices diferentes a pesar de que, en el fondo, el deseo de ambos esté por completo emparentado. Como dije, a cada hombre o mujer le mueve naturalmente más la energía que por su género predominante suele expresar, en tanto son dos fuerzas que, en origen, fueron diseñadas para complementarse.

En parte por una cuestión cultural, en parte por una consciencia estrecha, lo cierto es que durante la evolución de nuestra especie todo se ha ido tergiversando, en virtud de la libertad que ha de predominar en los personales criterios.

Sin embargo, se hace preciso comprender ya, que la esencia de la dualidad que genera los opuestos (en tanto uno le da sentido al otro y no podría existir jamás sin él: noche y día; dolor y placer; dentro y fuera, masculino y femenino…) y que es común a la humanidad entera, facilitaría por completo la aceptación de lo observable a la luz de los hechos.

Con eso digo, y no sólo yo lo digo, que femenino (yin) y masculino (yang), no está necesariamente ligado al género sino a la tendencia natural con la que cada ser humano prefiera y elija canalizar su energía, sea ésta sexual, afectiva, creativa o de cualquier otro tipo. Pero eso sólo, no implica que logremos llegar a comprender al otro si negamos una parte que también es nuestra.

Si nos deshiciéramos del rol atribuido por la programación que nutrió nuestras primera experiencias, si lo social no se impusiera con tanto desacierto (intereses coyunturales como tener hijos para cubrir necesidades familiares; matrimonios legalizados para preservar el patrimonio; o concepción romántica del amor que refuerza la falsa monogamia de nuestra auténtica naturaleza), y si hombres y mujeres admitieran sin rubor que, con independencia del sexo-género en el que se aloje el ser, todos somos masculino y femenino, sería infinitamente más fácil que las relaciones llegaran a buen puerto.

Pero en tanto eso ocurre, y no hay que dudar de que la labor de la consciencia lo está logrando, lo que vivimos es, ni más ni menos, el claro exponente de lo que hay: una lucha incierta en la que predomina los desencuentros.

En cuanto al amor, también es obvio que damos palos de ciego en la confusión de nuestro personal desconocimiento. Por un lado concebimos el amor en mayor medida como lo que acontece entre parejas, cuando la verdad es que es una cualidad que impregna y da sentido a toda la existencia, la cual inevitablemente se expresa en las relaciones humanas de todo tipo: padres, hijos, hermanos, parejas, amigos, compañeros…

Por otro lado, una cosa es el amor y otra el sentimiento que produce la sensación de no tenerlo que, en la mayoría de casos, es la gran fuente inspiradora del enamoramiento, (junto con un cóctel hormonal explosivo y un instinto reproductor que se aloja en la capa estereotipada de nuestro cerebro llamada reptiliana), en virtud del cual muchos perdemos el dominio de nosotros mismos, como bien apuntaba Zarzal en otro diálogo de su blog; produciendo un fuerte sentimiento de escasez que nos hace concebirlo como algo incierto, intangible, inseguro e inconstante.

Por eso cuando el amor no se siente dentro de un modo incondicional y fuerte, uno sólo concibe buscarlo fuera, en los otros. Y por eso la mayoría de las relaciones, sobre todo de pareja, pero también las otras, se establecen desde la concepción de que somos incompletos, cifrando de manera inmarcesible una búsqueda desorbitada en el gran universo de las decepciones.

Y al enamorarse, uno piensa de verdad que su entrega es amorosa; ¡y vive Dios que lo es!; mas no tanto como en un principio se cree, al gestarse la lista de condiciones que la deshoja cual margarita de sus atribuciones infinitamente generosas. Y cuando se nos termina el suministro, o se convierte en algo distinto, lo sentimos como un vacío inmenso; y al haber dado ‘tanto’ esperando correspondencia bajo unas condiciones mínimas, de repente salta la necesidad con su cohorte de apegos, convirtiendo la relación en una gran una demanda de reclamaciones.

El amor genuino es un dar sin condiciones, ni tan siquiera una sola. Pero… para dar y no reclamarlo luego, hay que tener suficiente en el patrimonio de uno mismo, de modo que no nos haga mella la escasez en la que a menudo se encuentra el otro, que ya no nos da ni tanto ni del modo como queremos.

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Gracias a Zarzal y Elvis por prestarme generosamente sus palabras. Si algo de aquí les parece ofensivo, confío en que me lo señalarán para eliminarlo de inmediato, pues no es mi intención ser despertador de ningún conflicto emocional que les afecte.

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Imagen tomada de Internet.

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A propósito de una entrada de Zarzal

13 ago 2010

XVI. Sizes.

Cuando se me olvida que el hombre no es la medida de todas las cosas, no tengo más que ver estas imágenes para curarme de las horribles visiones que tamaño descuido me produce.



Algunas creencias raíces que promueven innumerables ideas y actitudes conflictivas, por tanto erróneas desde un punto de vista externo a mí, representan algo minúsculo en el conjunto de la conciencia. Sin embargo, me aferro a ellas como si fuera lo único posible.

Me resulta obvio que en mi pequeño universo lo es sin duda, mas no tengo que ampliar mi percepción sino unos grados para darme cuenta de que tales creencias son un átomo del pensamiento total; y éste a su vez otro en el infinito océano de posibilidades.


Claro que si le doy la vuelta, y en lugar de hacia lo grande respecto de mí, que soy la referencia ahora, lo proyecto hacia lo pequeño, quizá también me daría cuenta de una forma cabal de cuánta influencia tengo realmente en la globalidad.


De todos modos, que esa influencia sea negativa o positiva es sólo un relativismo más para aquello en lo que todo cabe y que todo lo contiene. Por tanto, allá yo con lo que crea, en tanto determinará muy concretamente lo que  piense, lo que sienta y lo que haga.

Y lo más decisivo: allá yo con lo que interprete de todo eso; que no puede sino ser un refuerzo de lo que en cada instante elija seguir creyendo.


Allá yo con mi circunstancia. O no.


A partir de la mitad de este vídeo asisto al viaje hacia lo pequeño...


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15 de Agosto. 13:33 h.

Allá yo, pero...

¿Qué pasa con mi responsabilidad sobre lo pequeño?
¿Acaso eso no me importa nada?
Entonces, ¿qué es lo que me importa realmente?
¿No es en última instancia vivir de un modo satisfactorio una existencia de la que en lo más profundo no sé nada; una existencia en la que me hallo a mí un día, de repente, y en la que he de continuar hasta que se apague...?

La Tierra que nos sostiene es la que nos provee lo que usufructuamos.
Somos el tejido humano de la tierra: casi siete mil millones de células conviviendo en el ahora.

Dentro de cada ser, alguien las habrá contado, sólo las neuronas de un adulto suman 16 millones... ¿Acaso no me importan, esas y las otras, que en equipo contribuyen a mis experiencias físicas y psíquicas en esta realidad en la que me creo inmersa?

Tengo que ponerme de acuerdo y deshacer el nudo de mi contradicción:

-Si quiero la satisfacción allá donde yo la encuentre, tengo que ponerme las pilas y cuidar del vehículo que me la proporciona.

- Si hacerlo me da pereza, desidia o cualquier otra excusa peregrina, he de comprender que esa satisfacción que deseo para mí, no me será posible tenerla tal como la quiero.

Lo que creo es el motor de mi pensamiento.
Lo que pienso es el motor de mi movimiento.
Lo que hago es el motor de mi experiencia.
Lo que interpreto de ella es el motor de mi circunstancia.

Allá yo... pero ¿soy o no soy responsable de mí misma y de todo lo que me pase, se parezca poco o mucho a lo que deseo?

11 ago 2010

Faces.


Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto: los treinta siguientes, el comentario.
Arthur Shopenhauer.



Vuestra alegría es vuestra tristeza sin mascaras.
Khalil Gibran.


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http://elviajederiddhi.wordpress.com/

A Doquin Game...


Cada ser humano es como un adoquín en el entramado de la Conciencia Universal. Individualmente creemos que el adoquín es nuestro, y aún tratando de separarnos, sin embargo, no llegamos a ningún sitio.

Y luego, a la hora de morir, que no es sino dejar el cuerpo, no aceptamos que la Conciencia siga su camino de ampliación sirviéndose de sus creaciones.





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adoquín.

(Del ár. hisp. addukkán o addukkín, y este del ár. clás. dukkān, banco de madera o de piedra).

1. m. Piedra labrada en forma de prisma rectangular para empedrados y otros usos.

10 ago 2010

Sobre la felicidad.


Albert Figueras.

"El secreto de la felicidad consiste en valorar tu vida tal como es".

48 años. Vive en pareja y tiene dos hijos. Médico y divulgador. Durante años ha estudiado qué dice la ciencia sobre los pilares del auténtico bienestar.

"Antes solía creer que la felicidad era un estado de gracia que muy pocos podían alcanzar. Y que para ser uno de esos privilegiados tenía que seguir el modelo determinado por la sociedad: estudiar una carrera universitaria, conseguir un buen trabajo, comprar una vivienda, casarme, tener hijos... No es que me sintiera especialmente infeliz, pero mientras iba recorriendo ese camino tenía la sensación de no ocupar todavía 'el podio de los felices'. Mis días estaban marcados por el hastío que te invade mientras esperas, sin saber demasiado bien el qué. Tal vez fue por eso por lo que empecé a interesarme por las bases neuronales de la felicidad. La ciencia dice que percibimos cómo nos sentimos gracias al contraste. Así, cuando alcanzamos cierta riqueza externa es más fácil darnos cuenta de nuestra pobreza interior. He aprendido que la felicidad -quizá provocada por una sustancia llamada oxitocina- consiste en apreciar las pequeñas grandes cosas que nos pasan cada día. Y que esos breves instantes se escapan fácilmente cuando aparece el deseo de querer que suceda algo que no está sucediendo. El deseo pone nuestro centro de atención en lo que no tenemos, en lo que nos falta, en lo que podría ser mejor, causándonos grandes dosis de sufrimiento. El deseo nos lleva a regodearnos en recuerdos pasados y a fantasear con ensoñaciones futuras, perdiéndonos por completo el momento presente, que es el único donde sí podemos conectar con la felicidad. El reto consiste en no dar nada por sentado, valorando todo lo que forma parte de nuestra vida. Más que nada, porque lo que se valora se disfruta mucho más, mientras que lo que no se valora se termina perdiendo".

En la última década se han hecho incontables estudios sobre la felicidad. Y entre otros, Albert Figueras destaca el realizado en 2007 por la Universidad de Wisconsin. Un grupo de neurocientíficos se dedicó a hacer resonancias magnéticas a cientos de voluntarios, conectando sus cerebros a 256 sensores para detectar su nivel de bienestar. La puntación más alta, y con una abultada diferencia, la obtuvo el francés Matthieu Ricard, a quien se le declaró "el hombre más feliz del mundo".

Lo cierto es que esta simpática etiqueta no tiene nada que ver con la casualidad. Este biólogo molecular dejó su carrera profesional hace 30 años para convertirse en un monje budista. Actualmente, a sus 64 años, Ricard es uno de los asesores personales del Dalai Lama y lleva una vida contemplativa en el monasterio nepalí de Shechen.

En su opinión, "solemos confundir la felicidad con el placer y la satisfacción que nos proporciona el consumo de bienes materiales". Y también con "la euforia de conseguir lo que deseamos". De hecho, "la felicidad no está relacionada con lo que hacemos ni con lo que poseemos". Sobre todo porque "no tiene ninguna causa externa: es nuestra verdadera naturaleza", afirma Ricard, autor de En defensa de la felicidad y El arte de la meditación.

Si bien no es fácil definirla con palabras, Ricard sostiene que "la felicidad es la ausencia de lucha, conflicto y sufrimiento". Se dice que somos felices cuando "nos aceptamos tal como somos y sentimos que no nos falta de nada, una percepción subjetiva que está muy vinculada con nuestro estado de ánimo". Por su experiencia, "el bienestar profundo y duradero que todos anhelamos surge como consecuencia de relajar la mente y conectar con el corazón". De ahí que Ricard nos invite a adentrarnos en la meditación. "Nos pasamos la vida haciendo planes y poseyendo cosas, pero ¿cuánto tiempo dedicamos al día a estar solos, en silencio y sin distracciones?".

La frenética actividad a la que muchos de nosotros estamos sometidos suele desgastar por completo nuestra energía vital. Y, a menos que aprendamos a recuperarla, "solemos vivir de forma inconsciente, cayendo en las garras de un peligroso círculo vicioso". No en vano, "en este estado funcionamos con el piloto automático y somos guiados por nuestro instinto de supervivencia, cuyos rasgos más distintivos son el egocentrismo, el miedo, el victimismo y la reactividad emocional". Es entonces cuando, saturados por el malestar, muchos concluyen que el negro es el color de la existencia o que hemos venido a este mundo a sufrir.

Pero nada más lejos de la realidad. Al igual que cargamos el móvil cuando se le agota la batería, los seres humanos podemos cargarnos de energía, y no solo por medio de la meditación. Si bien cada ser humano es único, a todos puede beneficiarnos el ejercicio físico, la naturaleza y el baile, así como quedar con personas alegres y positivas e incorporar en nuestra dieta alimentos más sanos y naturales. El reto es encontrar el equilibrio entre la actividad, el descanso y la relajación.

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En el artículo hay más testimonios personales sobre la felicidad.
http://www.elpais.com/articulo/portada/soy/feliz/elpepusoceps/20100808elpepspor_9/Tes

8 ago 2010

XV. Ya no sé qué hacer conmigo.

Cuando digo que lo he probado todo, no es del todo cierto, pues primero que nada soy experta en eludir las experiencias más allá de mi zona de confort.

Cuando digo que lo he probado todo se me olvida que para mucho de lo catado yo llevaba otros ojos: una forma de mirar oscura y desconfiada, regada por miedos de toda índole, hasta de esos que sólo parecen inocentes preferencias...

Como dice Malonda, los límites de la atención son enormes y en gran medida pasan desapercibidos por una simple cuestión de economía cerebral; así que si recorriera de nuevo todos los sitios, siquiera en sentido figurado, jugando con los recuerdos, focalizando mi atención en otros detalles, con otras gafas que me los acerquen; ecualizando el efecto de los que primero me vienen al paso, generalmente los más dolorosos y/o sórdidos, y que por eso y no por otra cosa me parecen gruesos, no veo por qué no puedo empezar a saber qué he de hacer conmigo. Tengo una buena labor en la que entretenerme, en tanto mi bienestar depende de ello en insospechada medida.

Pero, ¿tan difícil me soy? Bueno, sobre todo me lo he sido cuando necesitaba sentirme dentro del núcleo de atención de mi pequeño universo. Ahora que el núcleo se expande con la luz de la conciencia, cada vez me lo soy menos. He dejado de luchar contra mí. Y cada vez que me descubro siéndome insolidaria con los juicios, o tratando de vender mis favores al mejor postor, me paro... me miro... y es cuando me doy cuenta de que mi respiración hace rato que se ha hecho superficial y que incluso se entrecorta.

¡Ah! ¡Estoy pensando bajo la influencia de la apnea! Para un órgano tan sensible a la falta de oxígeno como es el cerebro, ¿cuántos vertidos bioquímicos no estaré produciendo en el discurrir de mi pensamiento, que despiertan las emociones de dolor más enrraizadas, y que creo o no controlar? ¿Y cuántos de sus desplegables no inundarán con intensidad mi atención durante mis reflexiones, o incluso de forma fugaz durante mis evasiones...?
No puedo escapar a ellos cuando se activan, porque yo misma los potencio con lo más morboso de mi victimismo, creando un caldo de cultivo perfecto para justificar mis impotencias más inveteradas.

Y claro que acabo exhausta; cuando no dormida o borracha, según que mis evasiones contengan más o menos etílico...

No importa. Ya sé que puedo hacer cosas conmigo. Una de las primeras es empezar a cuidarme, porque un señor que se llama Mario Alonso, y que es médico de cirugía digestiva, dice muchas cosas de la fisiología del cuerpo y de cómo hacerla patológica si es lo que queremos.

Queda muy propio decir que no tengo ganas, pero siempre que sea porque a mí no me la da, no porque no sepa, o no sospeche cómo hacerlo diferente. Puedo ejercer la desidia todo cuanto quiera, pero que sea con conciencia. Que no me crea que mi vida va peor sólo porque los otros no permiten que vaya mejor. De todos modos, sea o no cierto que eso suceda, yo soy la única que puedo hacer realmente algo, y si me subo al carro del que otros tiran, no puedo creerme en serio que es culpa de ellos no viajar mejor y más rápido.

Por mínimo que sea, siempre puedo hacer algo. Y si ni respiro con conciencia, ¿cómo voy a averiguar qué hacer conmigo si las sinapsis que me informan, se debaten con los virus pensantes... ?