10 ene 2011

Vivo lo que creo que vivo.


De S.I.

-Y si yo soy Amor, y si todos lo somos... ¿por qué tanto desconcierto, desencuentro y desaliento, en el orden que se prefiera?

-Pero es que no lo sabemos. No sabemos que somos Amor, que somos el Amor mismo cuando vive ignorando que lo es.

-Entonces, ese lacerante anhelo del "uno" por el "otro", al que se piensa lejos, para cubrir ese desierto de afecto ¿de dónde proviene? No puede ser que sólo sea una proyección bestial de hipnosis colectiva por el Miedo a la Escasez.

-¿Por qué no puede? Las condiciones de vida sobre la Tierra nunca han sido fáciles. La gran mayoría de occidentales viven en burbujas de bienestar relativo, en el que algunos son más estrujados que otros, es verdad, pero donde existe siempre la posibilidad de hacer algo por evitarlo en tanto se participa de la "la misma bolsa urbana de riqueza". Algunos son más cucos que otros, y por eso respiran más holgados. Pero no importa. Cuando enfermen puede que se den cuenta de muchas cosas que no volverían a hacer si el mal que aflije a su cuerpo, al delicioso chasis material de su espíritu, le regala unos años más de vida. Reflejo por reflejo: yo te perdono la vida y tú intentas cambiar tu visión de las cosas actuando en consecuencia. Si eres el Amor que eres, aunque no lo sientas siempre cierto, nada puede irte a peor, incluso aunque no lo entiendas cuando parece que sí lo hace. El cuerpo tiene maneras de domeñarte cuando no quieres escuchar otras voces que también suenan en tu cabeza, y a las que prefieres no hacer caso, o hacérselo demasiado si con eso logras hacerte más daño, que todo es posible.

-Es demasiado crudo lo que dices. Me atribuyes más responsabilidad de la que puedo tragar. Me siento como la boa que se comió al elefante.

-¿Y qué? No se muere de eso la boa. Si no, no se lo comería. Hay que calmar la ansiedad que produce tamaña digestión respirando profundamente lo que hay, sin resistirse porque duele más. Al final no te libras de la ingesta que tuviste que tragar, mal que te pese y no entiendas qué diablos haces ahí, por qué tú, que siempre creíste que los accidentes les ocurrían a otros.

-La genética cuenta mucho. Eso es indudable. Si yo soy feo o tonto, o no tanto, pero sí limitado en muchos aspectos, no me pueden ir igual de bien las cosas que a un guapo o listo, por simplificar mucho los términos.

-El Amor que eres no entiende de adjetivos. Y si te empeñas mucho en negar eso, aún atraerás sobre ti más desgracias, en términos humanos, que las que de por si atrae ser feo o tonto, en el supuesto de que lo haga. Algunos feos o tontos han sido muy queridos por los otros porque mostraban sin pudor el Amor que eran. Quizá por necesidad lo hicieron al principio, mas luego es obvio que les compensó el resultado.

-Imagino que cuando salimos ahí fuera en busca de emociones placenteras, el Miedo a la Escasez no ayuda nada. Si vivo lo que creo (de creer) que vivo, así lo percibiré en tanto yo lo creo (de crear) con mis actitudes. Y eso que perciba no será sino lo que interpreto; porque ya sé que eso que todos afirman realidad, tan sólo es un consenso mayoritario avalado por la Ciencia, el dios de los hombres racionales.

-Con esa conciencia de la escasez que reina en el mundo es imposible que nadie se crea Ser el Amor que Es. El Miedo es al Amor, lo que la Oscuridad a la Luz. Ves o no ves, eso es todo. Y no en vano se dice que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

-De modo que salgo a la calle pensando que todo es un erial, y es más real que las distancias que nos separan sólo están en mi imaginación y en la de todos. No me extraña que sintamos alguna clase de recelo. El que tiene miedo de que le quiten algo, atraerá siempre a gente que necesita tanto ese algo que él tiene, y que a la menor oportunidad hará por arrebatárselo.

Y entiéndase la metafora aplicada a la vida de cada uno como mejor le cuadre, pero en abstracto es un esquema muy fiel de cómo se traduce ese miedo a la escasez en cada uno de los seres que pueblan la Tierra. Un lugar duro de conquistar en otro tiempo, pero al que estamos agotando ahora que ya es nuestro.

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