4 feb 2011

El elefante y el poste.

"Emociones, creencias pensamiento...todo está relacionado y en continua feedback...es difícil saber que es antes o después..."

Es la canción que más oigo a diario. Pero lo cierto es que es tan difícil como pueda serlo para un estudiante cursar la carrera que  ha elegido. Y sin embargo sabemos que es un ponerse todos los días un rato en contacto con la materia de investigación hasta que obtiene su título. Si no le gusta lo que está estudiando, si no le divierte lo que hace ¿por qué lo hace? ¿Acaso otros decidieron por él? Y si le gusta, ¿no es cierto que el disfrute está asegurado a pesar de los inconvenientes o quizás gracias a ellos?

¿Por qué no queremos matricularnos en la carrera del sí mismo si  de ello depende vivir una vida satisfactoria? ¿Por qué nos rendimos con las dificultades si ellas están ahí para mostrarnos algo? Pero si nos lleva la vida entera averiguarlo, ¿cómo es que no nos damos cuenta de que es lo que no se empieza lo único que no puede terminarse?

En última instancia, lo sepa o no, cada cual es muy dueño de su elección y de ubicarse bajo el epígrafe existencial que prefiera de acuerdo a su nivel de consciencia; así como de plantearse o no plantearse lo que ha de hacer o no hacer en cada instante que viva.

¿Es muy difícil saberse?
No. Es muy difícil para algunos perdonarse y perdonar al otro lo bastante como para hacer ese viaje interior y tener el valor de ser el amor que es.
Somos un mundo cagado de miedo.
Miedo a uno mismo, miedo al otro, todo es lo mismo: un saco de quejidos que neurotiza y obsesiona...





**

A propósito de una entrada de Nebroa II

9 comentarios:

Gaearon dijo...

Somos un mundo cagado de miedo. Y además somos un mundo que prefiere la comodidad del statu quo aunque ello suponga infelicidad. Preferimos la facilidad de la queja al (mínimo) esfuerzo del enfrentar la realidad.
Y así va el mundo.
Y así vamos todos.

Besoss

La reina de la miel dijo...

¡Cuánto te entiendo, cuánto te siento, cuánto me veo, cuánto me extraño de lo que veo, cuánto me avergüenzo!
El perdón debe de ser definitivamente la clave, pero ¡dios, cuánto cuesta!.
Te voy a estar leyendo esto en bucle, compulsiva que es una :-)

Nebroa dijo...

Me gustó. Ya lo sabes. Lo que intento aprender ahora es a respetar lo que los demás quieran hacer con sus vidas. Sólo puedes 'meter empujones' cuando te los piden. Antes no sirven de nada. Tan sólo de estorbo. Lo sabrás mejor que yo, seguramente, por todo ese trayecto que recorriste antes. Al ser tolerante con los demás, a veces puedo serlo conmigo. Y me perdono de nuevo. Y a ellos. Y respeto el ritmo, y las ganas, y basicamente a la vida. Que parece ser que es la que empuja definitivamente a cada uno para que por fin cojamos las riendas. Y cuando las quieran coger, yo sigo estando...

La reina de la miel dijo...

Joder, Nebroa, tú también me sacudes con esto y no tienes ni idea de cuánto...

PazzaP dijo...

Gaearon, tienes el problema identificado. ¿Alguna propuesta hacia la conquista amorosa de ese miedo, que puedas atestiguar?


Reina, lo que cuesta es el precio de la paz emocional o salud de tu niña herida. Lo que traducido a lo cotidiano son niveles bajos de ansiedad y mayor nitidez psíquica. Lo suficiente como para no hacerles un desprecio bajo palio del victimismo que siempre conspira.

Estar en amor cuando se ha comprendido lo esencial es más fácil que estar en miedo. Hay forcejeos, pero la lucidez viene en tu ayuda cuando puedes observarlo todo desde más atrás, viéndote como personaje de una pélícula, en lugar de identificarte plenamente con él.

Recuerda la meditaçao. Es un principio, herramienta o canal, como prefieras considerarlo, pero útil sin duda.



Nebroa, el empujón, con o sin comillas, más parecen espasmos de una circulación emocional ansiosa que reacciona ante la presión.

Te invito a probar la modulación y la ecualización de los impulsos, así como el limado de las resistencias.

Para éstas últimas compensa la lubricación extra de los primeros, pero son más dificiles de manejar. La diferencia entre ir a pie o esquiando por pistas negras. Pero... cada quien escoja según le pinte, ¿no crees?

La reina de la miel dijo...

La meditación me genera una angustia difusa. Necesito algo más físico, más liberador para sentir paz. Necesito deshacer un millón de nudos bien atados desde hace un millón de años.

PazzaP dijo...

Con independencia de que dediques energía a otras cosas, más físicas en tu modo de decir, y que obviamente son necesarias, meditar sigue siendo el camino.

De algún modo meditar es un atajo por el que si nada esperas hallas seguro. Aunque claro que se puede ir de Europa a América por Asia. Y si al decir de Kavafis la satisfacción del viaje es lo que más importa, el tiempo que te lleve hasta la meta siempre será lo de menos.

Una clave: lo que no está a tu favor, conspira contra ti hasta que lo resuelvas.

Anónimo dijo...

El miedo, creo que es la clave de casi todo :)

PazzaP dijo...

El miedo. Especialmente si hace de cáncer para una consciencia lúcida y amorosa.