3 mar 2011

XXXI. Respirando.

A veces siento la soledad de quien ha comprendido que todo es amor, un amor virgen con relieves en sombra que proyecta la luz que aún está lejos de su cénit...

Es una soledad que alimenta y abre también el apetito. Es vitalidad pura que se cuida y se nutre para ser después compartida en el mercado del intercambio, en el que el trueque es la moneda corriente preferida mas no imprescindible para dar y tomar.

Tengo una baraja Zen.
Hoy extraje una carta al azar que decía seis veces "Atención": tres arriba, tres abajo y enmedio, como la mortadela, "todo es posible".

Puedo decir que hoy el bocadillo está relleno de jamón ibérico; y espero que la metáfora descarte toda connotación peyorativa de cualquier juicio inopinado.

Las pequeñas sincronías que respiro apenas pueden tener significado para nadie, incluso aunque me conozca y me aprecie. Eso no importa mientras me sienta como me siento y agradezca los delicados toques del hombro que me hace la vida estos días.

Hoy mi soledad ya no se identifica con el aislamiento: el último resorte que sujetaba mi perspectiva errónea.
Hoy más que nunca siento que en esto de vivir estamos todos juntos, y que yo, como pequeño fotón que soy, contribuyo para que sea una experiencia más hermosa.

Le cojo prestado este vídeo a Marcos, apto hasta para sordos.

6 comentarios:

J. Marcos B. dijo...

es hasta apto para sordos... :)

gracias por contribuir.

Namasté

La reina de la miel dijo...

Para sordos que no quieran oír, no. Esos son (¿somos? ¿fuimos??) los peores.

Woman on line/ Woman off line dijo...

La gran sordera del universo quizas sea que nos gusta demasiado escucharnos a nosotros mismos.

Bonita entrada, bonito video.

PazzaP dijo...

Sí que ha calado hondo lo de la sordera... Y yo que lo mencioné sólo porque me parecía un detalle que hubieran pensado en ellos para este vídeo...

La sordera del ego es connatural, mas no incurable cuando se está atento a lo esencial.

Fuimos los peores porque éramos los más inocentes, que siendo amor nos hicieron creer que no, y el miedo se apoderó de nosotros.

Hay tanto que desaprender...

PazzaP dijo...

Al que lo creyó intraducible: gracias por recordarme que todavía no me explico.

J. Marcos B. dijo...

aún asi no escuchan, solo oyen un cierto ruido.