7 abr 2011

Vanidad.

 Somos hijos del latido de Dios, y esclavos de su presión.

Tomada de aquí.




Descorchó una botella de vino, encendió la chimenea y mientras bebía, contempló absorto como ardía el manuscrito.  Kum*


Sus escritos ya cumplieron. No nacieron para trascender. Fue la labor de parto lo que les dio sentido. Malena.





Final de trayecto. No sé si por humildad o por vanidad. En cualquier caso por voluntad.
Gracias a todos los testigos lacónicos de mis letras.
Hasta siempre.


10:10
Pero como el humor es atributo del amor, no ha lugar el desaliento, porque en verdad tan solo estoy respirando. Y es que la carta Zen de hoy tiene mucho de todo.

Ya eres un iluminado. Ahora sólo necesitas saberlo.

¿Qué es el ¨Zen? Vender agua junto a un río.

Cuando camines, camina. Cuando te sientes, siéntate. Cuando comas, come.

El obstáculo es el camino.

*

8 de abril.

La dualidad de la vida no está para hacernos sufrir sin ningún motivo sino, como mínimo, para permitirnos saber que el sufrimiento no es dañino. Si lo abrazamos sin miedo, el sufrimiento deja de ser doloroso y prácticamente se vuelve inexistente. Cómo nos afectan las cosas está básicamente determinado por el significado que le damos a éstas. El profundo conocimiento de que no hay nada a nuestro alrededor que esté en contra de nosotros o que sea contraproducente con nuestro crecimiento y aprendizaje sirve como un escudo protector impenetrable. Está presente de manera natural en la conciencia de la unidad, donde no existe ninguna necesidad de defenderse.

Rasgar el velo de la dualidad.
Andreas Moritz